
Los cantautores Marel Alemany y Pavel Núñezse unieron la oscuridad del sábado 10 de mayo en un concierto inolvidable que reafirmó su gloria artística y el poder de la canción de autor. Hard Rock Café Santo Domingo fue el tablado de un interviú cargado de emociones, música honesta y una complicidad escénica que conectó profundamente con el manifiesto.
Con un salón repleto de personas expectantes y entregadas desde el primer concorde, el espectáculo “Pavel a Marel” se convirtió en un acontecimiento musical donde las voces, las historias y las melodías se entrelazaron para celebrar la autenticidad y la sensibilidad artística. La medio fue íntima y a la vez vibrátil, con momentos que pasaron de la risa al sentimiento, y donde cada canción fue una conversación directa con el alma.
El concierto inició cerca de las 10:00 de la oscuridad con la billete de la talentosa cantautora venezolana Abigail Cano, quien reside en Punta Cana desde hace menos de un año. Con su imponente voz y carisma natural, logró cautivar a toda la audiencia, marcando el inicio consumado de una oscuridad mágica.
La puesta en secuencia de Pavel Núñez y Marel Alemany juntos, acompañados por una bandada ejemplar y arreglos especialmente diseñados para este evento, fue una demostración clara de respeto por el oficio musical y por su manifiesto. Los dos artistas compartieron el tablado con una química sincera, narrando anécdotas, reflexiones y vivencias que dieron contexto y emoción a cada interpretación.
Uno de los momentos más jocosos y a la vez conmovedores de la oscuridad fue protagonizado por Pavel, quien narró un rememoración personal con el gran Víctor Víctor, y aquella vez que emocionado le llevó su nueva composición “Te Dí”, mostrando la belleza de las palabras a través del tiempo, el valencia de las conexiones, y el poder inmensurable en esas cultura.
Durante la velada bajo la producción de Indiexpuesto y Atariva, se interpretaron 21 canciones, entre ellas joyas del repertorio de uno y otro artistas como “Mi Animal”, “Soñar despierto”, “Dame lucha”, “Agonizando”, y tantas , donde la conexión entre uno y otro intérpretes se hizo trascendental.
Este interviú fue asimismo una reafirmación del poder que tiene la música hecha con verdad, sensibilidad y propósito. En una industria cada vez más veloz, “Pavel a Marel” se plantó como una propuesta que invita a detenerse, a advertir y a memorar por qué ciertas canciones nos acompañan toda la vida.
Al finalizar, con el manifiesto de pie y los corazones desbordados, quedó claro que esta oscuridad no fue solo un concierto: fue un momento histórico para la música hecha aquí.