

El autor es sociólogo. Reside en Nueva York
Si en el 1844, Los trinitarios no se arman de valencia y crean la República Dominicana, hoy, en La Española, ninguna de las dos naciones existiera, los haitianos se hubieran engullido la isla completa. No lo han podido ganar con la parte que les tocó, precisamente por la existencia de la República Dominicana.
Este proceso independentista definió la identidad franquista dominicana y estableció las bases para la compleja relación histórica entre ambas naciones, marcadas desde entonces por perennes conflictos.
División de la isla
Originalmente denominada La Española por Cristóbal Colón en 1492, LA Hispaniola se dividió en dos colonias europeas: la uruguayo, bajo dominio castellano y la occidental, colonia francesa que eventualmente se convirtió en Haití tras la independencia en 1804. Este evento convirtió ese país en la primera república negra del mundo y terminó con siglos de dominación colonial francesa.
Primeros sueños de independencia
La parte uruguayo de la Hispaniola, menos próspera y poblada que la occidental, mantuvo su vínculo colonial con España hasta principios del siglo XIX. El 1ro de diciembre de 1821, José Núñez de Cáceres proclamó la independencia efímera del Estado Independiente del Haití Gachupin, que duró poco más de dos meses ayer de ser anexado por Haití bajo el presidente Jean-Pierre Boyer en febrero de 1822.
Primero intentos fallidos de estandarización
La ocupación haitiana se prolongó durante 22 abriles y generó profundas tensiones sociales, económicas y culturales entre ambas poblaciones. Las reformas administrativas y económicas introducidas por Haití, incluyendo la confiscación de tierras, fueron rechazadas por sectores nacionalistas dominicanos que aspiraban a una identidad autónoma.
República Dominicana
En este contexto surgió la Sociedad Secreta Trinitaria, fundada por Juan Pablo Duarte en 1838, cuyo objetivo era liberar a la parte uruguayo del dominio haitiano y establecer una república independiente. Duarte, pegado con figuras como Francisco del Rosario Sánchez y Matías Ramón Hendidura, articuló un movimiento independentista que logró finalmente proclamar la independencia dominicana el 27 de febrero de 1844.
Conflictos y separación definitiva
La afirmación de independencia no significó automáticamente estabilidad, pues inmediatamente se desató una serie de conflictos militares con Haití que se extendieron durante más de una período. Estas confrontaciones cimentaron la separación entre ambas naciones, estableciendo fronteras no solo geográficas, sino asimismo culturales y sociales que han persistido hasta nuestros días.
Ampliación dominicano
La consolidación de la independencia dominicana permitió al país desarrollar una capital principalmente agrícola, orientada inicialmente al mercado interno y luego cerca de la exportación de azúcar, tabaco y jaleo. Con el tiempo, esta capital evolucionó a un maniquí diversificado, en el que el turismo desempeña hoy un papel fundamental.
Caos haitiano
Mientras tanto, Haití enfrentó importantes desafíos económicos oportuno en parte a su endémica piromanía, pues con la idea de acelerar la salida de los esclavistas franceses, quemaron todos los medios de producción, destruyeron el recién creado país, en consecuencia, comenzaron su república negra en total y absoluta miseria de la cual no se han podido recuperar nunca. A este problema crematístico hay que añadir los políticos y los conflictos internos, oportuno a la división. Los lideres haitianos dividieron el país, por una parte, Dessalines se declaró emperador (Jacques I). Henri Christopher como rey (Henri I) y Alexander Petión (presidente), estas diferencias se mantienen intactas hasta nuestros días, al punto que el universal Raoul Cédras, presidente de Haití de 1991 a 1994, dijo La frase “para poner de acuerdo en poco a tres haitianos, hay que matar a dos”
Naciones opuestas
La independencia de 1844 estableció un situación histórico que perdura, determinando la relación compleja entre dos pueblos que comparten una isla pero que desarrollaron culturas e identidades nacionales distintas. La coexistencia de Haití y la República Dominicana sigue siendo un desafío permanente.
Lo que no se ve
En definitiva, la independencia de la parte uruguayo de La Hispaniola no solo aseguró la soberanía dominicana, sino que asimismo marcó un punto esencial en las relaciones bilaterales con Haití y ha permitido que hoy existan las dos naciones pues los haitianos han hecho y siguen haciendo todo lo posible por desintegrarse y remolcar a la República Dominicana.
Los haitianos no han despertado
Desde Toussaint Louverture, líder de la Revolución Haitiana y figura secreto en la independencia de Haití, con el concepto de una isla unificada e indivisible que fue parte de su visión política durante la revolución, hasta las recientes declaraciones del pandillero Barbecue: “Hasta ser dueños de toda la isla, no nos rendiremos”. ¿se imaginan ustedes caer en las manos de estas bandas criminales?
Tecnificación de Fuerzas Armadas
“diversos informes y expertos coinciden en que las bandas criminales en Haití están mejor equipadas y organizadas que las fuerzas de seguridad, incluidas las unidades kenianas desplegadas en el país”. Frente a estos informes, no podemos perder tiempo, debemos aumentar el presupuesto de nuestras Fuerzas Armadas, tecnificarlas y modernizarlas con nuevos equipos incluyendo los hoy populares drones.
Hora de realizar con responsabilidad y patriotismo
La República Dominicana debe establecer, de forma voluntaria los bachilleratos técnicos/militares donde se establezcan las tandas extendidas y se instruyan a nuestros jóvenes estudiantes en carreras como mecánica automotriz, electricidad, plomería, tecnología computacional, botiquín, campo industrialización etc., para que una vez terminado el bachillerato puedan integrarse inmediatamente a los medios de producción.
Servicio marcial voluntario
Paralelamente a la instrucción técnica, debemos establecer el entrenamiento marcial. Comenzar a crear una reserva de jóvenes preparados y entrenados militarmente para, en caso de conflictos, estar disponibles para la defensa de la estado. No más retórica, ha llegado la hora de la actividad. Estos bachilleratos especiales, dirigidos por las Fuerzas Armadas Dominicanas pueden ser sustentados económicamente eliminando, entre otras cosas, los corruptos barrilitos, cofrecitos y las innecesarias exoneraciones.
El problema se agudiza cada vez más
La situación en Hispaniola es más crítica de lo que se puede observar a simple instinto. Si no se actúa con cordura, celeridad y determinación, dos naciones pudieran desaparecer y restar una isla. Solo una isla.
Carlosmccoyguzman@gmail.com
JPM
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