

El senador estadounidense Chris Van Hollen, derecha, acento con el ciudadano salvadoreño Kilmar Ábrego García, quien fue deportado a El Salvador por EEUU, en un restaurante en San Salvador, El Salvador, el jueves 17 de abril de 2025. (Oficina de prensa del senador Van Hollen, vía AP)
Washington 18 Abr.-El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado que el senador demócrata Chris Van Hollen «ha quedado como un idiota» durante la reconocimiento que protagonizó a El Salvador para cerciorarse del estado de salubridad de Kilmar Ábrego García, deportado y encarcelado ahora mismo en la macrocárcel de la CECOT sin pulvínulo lícito, según ha dictaminado el Tribunal Supremo.
Van Hollen, demócrata por el estado de Maryland, acabó encontrándose con Ábrego García y el senador ha prometido dar más información sobre su situación cuando regrese a Estados Unidos.
El buen estado de salubridad que aparentaba Ábrego García en las imágenes sirvió al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, para burlarse de las acusaciones de maltrato vertidas contra las instituciones penitenciarias del país.
Trump ha seguido sus pasos con un mensaje en su plataforma Truth Social al fijar que «el senador Chris Van Hollen de Maryland quedó ayer como un idiota, pavoneándose en El Salvador mientras mendigaba atención». «Ostentoso», ha remachado el mandatario en su mensaje.
Cerca de memorar que tanto la jueza federal de distrito Paula Xinis como el Supremo han dictaminado que Ábrego García, acentuado de formar parte de la ordenamiento criminal MS-13, la Mara Salvatrucha, fue detenido «sin pulvínulo lícito» y deportado «sin más proceso o argumento lícito».
Sin secuestro, la Distribución Trump ha esgrimido que el voto del Supremo pide a la jueza Xinis que tenga en cuenta el hecho de que Ábrego García ha sido acentuado de pertenencia a una ordenamiento terrorista, como la Casa Blanca ha considerado a las maras y, por consiguiente, entra interiormente de las competencias del Ejecutante atreverse los términos de su deportación a raíz de la invocación de la señal Ley de Enemigos Extranjeros — una arcaica legislatura del siglo XVIII — admitida por el propio Supremo.
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