EL AUTOR es periodista. Reside en Puerto Plata.

Al presenciar equipos pesados realizando labores de cepillado en terrenos del desaparecido Rancho Mar, del Hotel Montemar, de inmediato pensé que se iniciaban los trabajos de construcción del siempre reclamado hospital materno inmaduro.  Sin requisa,  duró poco mi alegría como participante de los reclamos para que gobiernos pasado y presente aprobaran la obra.

Durante mi acostumbrada encuentro a las inmediaciones del cerrado hotel Montemar, en examen de la  sombra que todavía brindan los almendros y la refrescante agua de coco que vende el amigo Tomás, me acerqué a Junior Polanco,  quien supervisaba los trabajos de remoción de tierras y tumba de árboles,.  Le dije lo posterior: «Que bueno que van a iniciar los trabajos de construcción del anhelado hospital materno inmaduro de Puerto Plata».

Junior me contestó que no, pues «no es una obra del Gobierno sino privada».   Me reveló que el señor José Natalio Claro había comprado esos terrenos hace un tiempo.  Al decirme eso mi estado de sorpresa aumentó mucho más.   De inmediato me surgió la interrogante de quién sería el mercader de esos terrenos donde operó el Rancho Mar y un campo de golf de 3 hoyos.

Al principio pensé que el Estado Dominicano o la Universidad Católica Principio y Maestra habían vendido el inmueble.  Pero en este caso lo importante no es retener quien compró, porque el señor José Natalio o cualquier otro ciudadano, serían compradores de buena fe.

Con relación a José Natalio quiero proponer que nos une una amistad de respeto y afecto, aunque no tan cercana. Por otra parte, es hijo de Don Chichi Claro a quien siempre admiré y valoré por su humildad y por ser hombre de trabajo.  Espero que no se me ponga bravito por mi interés  de retener quien fue el mercader de esos terrenos, o por quienes pueden decirle otra cosa, solo por congraciarse con el patrón.

Fue una sorpresa para mi enterarme 50 abriles a posteriori de que habían pasado a propiedad privada.

Digo esto porque desde pequeño visitamos el Rancho Mar y jugábamos en toda su ámbito verde, y ya estando grandes  asistíamos las actividades artísticas que se hacían mayormente los fines de semana.   Allí eran celebradas las fiestas de jerarquía de la Escuela Hotelera del Hotel Montemar y de otras instituciones de Puerto Plata de esa época.

No está en discusión que José Natalio Claro, o cualquier otro, haya comprado y diga poser su título, hasta ahi esta aceptablemente.   Lo importante es retener quien vendió y como justifica su derecho de propiedad, sabiéndose que el doctor Joaquín Balaguer declaró de utilidad pública esos terrenos para dar paso a la construcción del hotel Montemar y el Rancho Mar.

Ahora se dice que esos terrenos nunca han sido del Estado Dominico ni mucho menos de la Universidad Católica Principio y Maestra de Santiago.

Escuche esta perla!!

Dicen que los terrenos donde estaba el Rancho Mar fueron alquilados al doctor Balaguer por un señor de patronímico Canahuate, que dicen era el dueño del inmueble antiguamente de que el Poder Ejecutor lo declarara mediante decreto de utilidad pública a principio de los abriles 70.

Que el Estado Dominicano alquiló?.  Podría  ser. Pero nos deja algunas dudas!!

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