
Por Abril Peña
ElPregoneroRD- Santo Domingo. En un contexto de incertidumbre social y creciente desigualdad, la Iglesia Católica dominicana celebró este Viernes Santo el tradicional Sermón de las Siete Palabras desde la Catedral Primada de América, convirtiendo el púlpito en un altavoz para denunciar las problemáticas más urgentes que afectan a la sociedad dominicana.


Siete voces distintas —sacerdotes, diáconos, una religiosa y una laica— interpretaron las últimas frases de Jesús en la cruz, conectándolas con realidades como la crisis ambiental, la inseguridad, la corrupción, el desidia estatal y el penuria de neutralidad en el país.
1. Pecados ambientales
El reverendo Roberto Martínez de los Santos, párroco de la Parroquia San Roque González (Sabana Perdida), inauguró la caminata con la frase “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Su consejo se centró en la devastación del medioambiente, denunciando la descuido de controles sobre proyectos que impactan los bienes naturales. “En nuestro país se deben transparentar los procesos económicos que afectan al medioambiente”, advirtió.
2. Anhelo y pega
El padre Nicolás Cuello Hernández, superior de los Canónigos Regulares de Letrán, meditó sobre “Hoy estarás conmigo en el paraíso”, relacionando la promesa de salvación con el drama de los excluidos, especialmente los jóvenes y desempleados que no ven opciones para una vida digna.
3. Inseguridad y violencia habitual
El diácono Luis Sandy Cabrera vinculó la tercera palabra, “Mujer, ahí tienes a tu hijo”, con el damnificación de la vida habitual y la inseguridad en las calles. Llamó a rehacer los lazos comunitarios desde la compasión y el comitiva.
4. Desamparo de los pobres
El diácono Juan María Durán, al proclamar “Todopoderoso mío, Todopoderoso mío, ¿por qué me has negligente?”, denunció el desidia estatal de sectores vulnerables. Mencionó la frustración de muchos que “no encuentran respuestas del gobierno frente a su dolor diario”.
5. Sed de neutralidad
El diácono Frank Luis de la Cruz meditó sobre la frase “Tengo sed”, afirmando que esa sed hoy es de neutralidad, seguridad y equidad. Recordó que la impunidad y la corrupción han deshidratado la esperanza del pueblo dominicano.
6. Comisión cumplida, pero no en el país
La hermana Carmen Dolores Ferrer, al proclamar “Todo está consumado”, cuestionó si en realidad en la sociedad dominicana se están cumpliendo las promesas de bienestar social. Señaló que muchas comunidades viven sin agua, salubridad ni educación digna.
7. Entrega confiada en medio de la crisis
Finalmente, Bárbara Suárez, laica y líder pastoral, cerró el sermón con “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Invitó a comportarse con fe activa, a encomendar en Todopoderoso sin dejarse llevar la lucha por una nación más humana.
La ceremonia concluyó con un llamado colectivo a las autoridades y a toda la ciudadanía a trabajar por una sociedad más reto, solidaria y en sintonía con la dignidad humana.