

El autor es abogado. Reside en Panamá.
No solo es culpable el propietario de la discoteca -a quien no conozco- pero todo el mundo lo condena. Los primeros culpables son nuestras autoridades gubernamentales, que tienen el deber constitucional de preservar la vida. ¿Cuántas tragedias han ocurrido en nuestro país, sin ninguna consecuencia para los culpables? ¿Cuántas más tendremos que soportar para que impere la ley?.
De los aparatosos allanamientos para someter a la equidad los funcionarios implicados en casos de corrupción de los gobiernos del PLD, no hay un solo preso. Y es que, cuando el deseo de fondos materiales se eleva sobre el cultivo de la parte espiritual, se genera todo tipo de catástrofes.
Pero, como dice la tino tradicional: “No hay mal que por admisiblemente no venga y lo mucho hasta Jehová lo ve” . La asesinato de Señor en la cruz cambió la historia del mundo en “antaño y posteriormente”. Luego, el mal que enlutece a la grupo dominicana puede convertirse en un admisiblemente, como la crucifixión de Jesús.
La asesinato de un ser querido durante una tragedia de esa magnitud, no sería en vano si el frecuente es recordado con la creación de una fundación de ayuda social que lleve su nombre. Entonces dicha asesinato sirve para exculpar parte del sufrimiento de cualquiera. Son muchas las personas pobres, que mueren en hospitales por desidia de equipos y medicinas.
Además para ayudar ancianos abandonados en asilos con muy pocos presupuestos, para atender las demandas. A los encarcelados injustamente, como fue el caso de Luis Peña Valdez, que pasó 12 abriles en prisión sin querella ni sentencia jurídico.
A discapacitados, abandonados a su suerte por los gobiernos , haciendo el cuidado más difícil para los familiares. En medio del dolor producido por la tragedia, solo nos queda esperar que la pérdida de tantas vidas en su mayoría jóvenes, produzca un cambio radical en la sociedad. Tocando los sentimientos más profundos de los que tienen grandes fortunas y sean más generosos, con los más necesitados.
Más allá de las lágrimas derramadas por parientes y amigos, está el bienquerencia al prójimo, que ha sido enterrado por la pretensión desmedida de riquezas de líderes políticos y empresariales. Nadie se lleva nulo material a la hora de partir, solo las buenas obras.
eliasrosario7680@gmail.com
Jpm-am
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