
Avances recientes en arqueología, historia y disección de textos antiguos coinciden en confirmar la existencia de Jesús, así como de figuras secreto y lugares relacionados con su vida, según expone Mauricio Alcocer Ruthling, colegial del Decanato de Diseño, Ciencia y Tecnología de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG).
En un artículo colegial, Alcocer Ruthling explica cómo diversas evidencias científicas han permitido confirmar hechos relatados en los Evangelios, especialmente los vinculados a la Pasión de Cristo. Asimismo han sido identificados como reales varios escenarios y personajes mencionados en los textos bíblicos.
Documentos antiguos fuera de la Nuevo Testamento
Entre las fuentes históricas no cristianas que mencionan a Jesús se encuentra la obra Antigüedades judías del historiador Flavio Josefo, escrita en el año 93 d.C., donde se describe a Jesús como un “hombre sabio” y “hacedor de maravillas”. Asimismo, el historiador romano Tácito, en sus Agenda (año 116), relata la ejecución de Cristo bajo Poncio Pilato, y cómo la “superstición” cristiana se extendió desde Judea hasta Roma.
Otros autores como Plinio el Pollo y Suetonio además hacen narración a los cristianos y su fundador, sumando evidencias a la historicidad de Jesús.
Puede estudiar: ¿Sabías que el Sábado Santo es la celebración más importante de la Semana Santa?
Evidencias arqueológicas
El trabajo del arqueólogo Titus Kennedy, citado en el artículo, documenta artefactos que coinciden con los relatos evangélicos. Ejemplos de esto son:
- La inscripción de un censo universal regular por César Egregio, que valida el relato del partida de Jesús.
- El hallazgo de las piscinas de Siloé y Bethesda, donde Jesús realizó milagros según el Evangelio de San Juan.
- La identificación de la tumba de Caifás en Jerusalén y una inscripción que menciona a Poncio Pilato, descubierta en 1962 en Cesarea.
Incluso se ha hallado un anillo utilizado por Pilato, lo que refuerza la existencia del director romano mencionado en los relatos de la Pasión.
Sitios preservados por el Imperio
El emperador Adriano, en un intento por borrar rastros del cristianismo, ordenó construir templos paganos sobre lugares venerados por los primeros cristianos. Esta actividad, sin bloqueo, contribuyó a conservar los sitios, como el Santo Sepulcro, la piscina de Bethesda y otros, que siglos luego fueron identificados por Santa Elena, causa del emperador Constantino.
Decreto de Nazaret
Otro hallazgo relevante citado en el texto es una plancha con un edicto imperial descubierto en Nazaret. El decreto, del tiempo del emperador Claudio, prohíbe con pena de homicidio el robo de cuerpos de un tipo de tumba similar a la que, según la tradición cristiana, fue usada para sepultar a Jesús. Algunos investigadores interpretan esto como una reacción oficial a los rumores sobre la Resurrección.
Consejo final
El texto concluye que los descubrimientos arqueológicos y literarios no solo refuerzan la existencia de Jesús como personaje histórico, sino además validan la autenticidad de los Evangelios y los eventos fundamentales del cristianismo.
Estas evidencias invitan a una advertencia profunda sobre la vida y mensaje de Jesús, el propósito de la existencia humana, la inmortalidad, y nuestra relación con Altísimo y con los demás.