
Casi el 50% de los cardenales votantes que participarán en el cónclave de este año comparten la experiencia inédita de acaecer trabajado juntos de guisa intensa durante dos meses en las sesiones romanas del Sínodo sobre la Sinodalidad, un proceso impulsado por el Papa Francisco, según América The Jesuit Review.
Este concilio, que comenzó en 2021, buscaba mudar a la Iglesia Católica en una institución más escuchante, más cercana, con la empresa evangelizadora compartida entre todos sus miembros.
Durante las sesiones del sínodo, que se llevaron a lado cinco días a la semana durante rodeando de siete horas diarias, los cardenales reflexionaron sobre los temas de la comunión, la empresa y la billete.
El documento final que surgió de estas asambleas tras tres primaveras de deliberaciones y síntesis, recomendó una serie de cambios para fomentar una veterano colaboración entre la clasificación eclesiástica y los laicos.
Aunque el Papa Francisco firmó el documento como enseñanza magisterial, el impacto auténtico de estas recomendaciones sigue siendo incierto, ya que el concilio no tiene autoridad para tomar decisiones vinculantes para la Iglesia.
El futuro de este proceso depende ahora de quienes emerjan como líderes tras el cónclave, de acuerdo al artículo firmado por Colleen Dulle, entendido en temas vaticanos y editora de América. A pesar de que los 61 cardenales sinodales no forman un “monolito” de votantes homogéneo, la experiencia compartida en el sínodo ha generado un debate intenso sobre el rumbo que debe tomar la Iglesia.
División del conclave: Sonodalidad
Algunos cardenales apoyan la sinodalidad tal como la concibió Francisco, mientras que otros se muestran más escépticos. Entre las voces críticas, el cardenal Joseph Zen, de China, expresó su rechazo al proceso, mientras que otros miembros defendieron la sinodalidad como una expresión de corresponsabilidad diferenciada, ligada a la colegialidad obispal.
El cónclave se ha convertido en un referéndum sobre la reforma impulsada por Francisco, pues el debate sobre la sinodalidad continúa siendo un tema divisivo.
El cardenal Stephen Chow, de Hong Kong, señaló que muchos críticos aún no comprenden el propósito del sínodo y temen que se esté debilitando la clasificación, aunque él subraya que esa no es la intención del proceso.
La brecha generacional asimismo juega un papel importante en este debate. Los cardenales más jóvenes, como Chow, de 65 primaveras, y Baldassare Reina, de 54, son los mayores defensores de la sinodalidad, mientras que los cardenales de veterano permanencia, como Zen (93 primaveras), representan la resistor a estos cambios.
La diferencia de edades y perspectivas podría alterar la dinámica electoral a medida que los cardenales mayores de 80 primaveras se retiren de las votaciones, dejando a los cardenales más jóvenes en una posición esencia.
Fuente: Infobae
Por Tania Frías