

PPROVIDENCE, Rhode Island.- En un emotivo acto de solidaridad y profundo recogimiento, la comunidad dominicana de Rhode Island, anejo a destacadas autoridades estatales y municipales, se reunió en la plaza-monumento a Juan Pablo Duarte y Díez del parque Roger Williams para rendir tributo a las víctimas del trágico derrumbe del techo del Club Jet Set, en Santo Domingo, República Dominicana.
Bajo un Paraíso corriente y una persistente sirimiri que parecía escoltar el desdicha, decenas de personas se congregaron en el parque para expresar su dolor, elevar oraciones y compartir mensajes de esperanza. La vela no solo honró a quienes perdieron la vida o resultaron heridos, sino que además se convirtió en un acto simbólico de conexión entre la diáspora y su tierra originario, unidas por el sufrimiento y el simpatía local.
El evento fue traumatizado por momentos de silencio solemne, acompañados de velas encendidas, flores, y la entonación del himno doméstico dominicano. La comunidad expresó su pesar y compromiso de prolongar viva la memoria de las víctimas, al tiempo que exigió equidad y una investigación transparente sobre las causas del colapso estructural que ha enlutado al país.
Entre los presentes, se destacaron figuras esencia del liderazgo político del Estado de Rhode Island, incluyendo al Autoridad Dan McKee y a la Vicegobernadora Sabina Matos, quienes dirigieron palabras de consuelo a la comunidad dominicana. Los dos destacaron el valencia de la mecanismo en momentos difíciles y reafirmaron el compromiso del gobierno estatal con todas las comunidades inmigrantes.
Todavía asistieron el Secretario de Estado Gregg Amore, el Tesorero Caudillo James Diossa, el Corregidor de Providence Brett Smiley, y la Alcaldesa de Central Falls Maria Rivera, anejo con varios representantes estatales como Grace Díaz, José Batista Jr. y Scott Slater. Su presencia reforzó la importancia del evento y subrayó el inspección de la comunidad dominicana como un pilar fundamental de la vida cívica y cultural en Rhode Island.
La ordenamiento de la vela fue fruto del esfuerzo colaborativo de un vigoroso reunión de líderes comunitarios y activistas que, en menos de una semana, coordinaron todos los aspectos logísticos del acto. Nombres como Gonzalo Cuervo, Carol Aguasvivas, Víctor Capellán y Rosa De Castillo sobresalen por su entrega y disposición de servicio en momentos de emergencia emocional colectiva.
Otros colaboradores claves incluyeron a Emelda Benítez, Wilda Gutiérrez, Palmenio Pacheco, José Domínguez, Pedro Pineda, Belkis Peña, Marilyn Cepeda, Evelin Pérez, Kennedy Arias, Isabel R., y Francisco Remigio. Su liderazgo demostró la fortaleza organizativa de la diáspora dominicana y su capacidad para movilizarse en presencia de situaciones de crisis.
Diversas organizaciones sociales, políticas y culturales se sumaron al acto, fortaleciendo el espíritu de colectividad. Se hicieron presentes grupos como Ángeles de la Comunidad, Calle Limpia, Quisqueya En Entusiasmo Inc., Club Juan Pablo Duarte, y la Dominican Independence and Heritage Award Committee of RI, quienes ofrecieron bienes, voluntariado y apoyo ético durante la ceremonia.
Todavía participaron activamente la Policía Doméstico Dominicana en Rhode Island, la Nueva Reproducción Duartiana, el Rhode Island Education Collective, la Unión Deportiva de Rhode Island, HUDO, así como los partidos Fuerza del Pueblo (FP) y el Partido Revolucionario Novedoso (PRM), dejando en evidencia que el dolor compartido trasciende ideologías y convoca a todos los sectores.
Durante la vela se escucharon mensajes de líderes religiosos, que ofrecieron plegarias por la pronta recuperación de los heridos y el consuelo de las familias. Se enfatizó la carestia de una supervisión más estricta de las normas de seguridad en espacios públicos en República Dominicana, para evitar que tragedias similares vuelvan a repetirse.
La vela no fue solo una ceremonia de duelo, sino además un acto de afirmación cultural. Se recordó el valencia de la identidad dominicana, la fuerza de la diáspora y el deber de mantenerse unidos frente a la adversidad. La Plaza-Monumento a Duarte se transformó por unas horas en un santuario colectivo de memoria, resistor y esperanza.
Finalmente, los organizadores agradecieron a todos los asistentes por su presencia solidaria, a pesar del clima desgraciado. En su mensaje de cerradura, hicieron un llamado a seguir fortaleciendo los vínculos entre Rhode Island y la República Dominicana, y a no olvidar que, incluso desde la distancia, el corazón de la comunidad sigue latiendo al ritmo de su país herida.
JPM
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