
Set de chorro
Es jueves santo, víspera del día del calvario y homicidio de Jesús. Hace décadas trato un tema de consejo para sugerir que seamos buenas personas, ese es, hoy, mi veterano anhelo, y ahora me llega una oportunidad de oro con la tragedia del Jet Set.
Todo el mundo, aunque no hayamos tenido algún allegado o amigo allí, andamos como zombis. He erudito muchos comentarios sobre este trágico suceso que conmovió al mundo, y el pasado Domingo de ramos asistí a la culto que le corresponde a la comunidad donde esta Jet Set, pero cero más atinado que este comentario del psicólogo Víctor Castillo: “La película «cuánto vale la vida», nos presenta la compleja tarea de Kenneth Feinberg, un abogado encargado de liderar el Fondo de Compensación para las víctimas del 11-S. La novelística explora los profundos dilemas morales que surgen al intentar asignar un valencia financiero a la pérdida de vidas.
A través del contacto con las familias afectadas, Feinberg experimenta una transformación personal, comprendiendo que el serio costo de una vida trasciende cualquier cálculo financiero.
Trasladando esta consejo a la tragedia del Jet Set esta puede, paradójicamente, catalizar un despertar en la sociedad, fortaleciendo la solidaridad, la empatía y una profunda reconsideración de los títulos esenciales que nos definen como seres humanos.”
En sus declaraciones del lunes, en «La Semanal» el presidente ya está propiciando un «bajadero» para las demandas que llegan para el Jet Set al opinar que «Hay vacíos legales para la supervisión de obras del sector privado». Eso no es cierto. Los ayuntamientos, los ministerios de Obras Públicas, Lozanía, Trabajo y Medio Ámbito tienen establecidas disposiciones que permiten y obligan esa supervisión.
Al mismo tiempo el abogado Félix Portes, en la primera demanda presentada contra Jet Set, y las autoridades municipales y del gobierno central, establece que son dos compañías las que aparecen como dueños del Jet Set, donde probablemente no aparezca Antonio Espaillat, y sí un testaferro. Regresen correctamente con “poco más que salubridad”.