


Por Abril Peña
En República Dominicana, cuchichear de ciencia aplicada sigue siendo un fastuosidad mediático. Pocos conocen los nombres detrás de los laboratorios que buscan soluciones reales a problemas urgentes. Pamela Tejeda-Tejeda es uno de esos nombres que debería estar en boca de todos.
Responsable del Laboratorio de Reactores y Biorreactores del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Pamela ha estado al frente de investigaciones que transforman el alga—ese alga invasiva que inunda nuestras costas—en biofertilizantes líquidos, con potencial comprobado en cultivos dominicanos como el banano. Su trabajo no solo ha sido validado por publicaciones académicas y presentaciones internacionales, sino que ya empieza a despertar interés fuera del país.
Pegado a un equipo de jóvenes investigadores, Pamela ha contribuido a caracterizar químicamente el alga que llega a nuestras playas, identificando metales pesados, compuestos orgánicos y posibles usos agrícolas y energéticos. Su presentación en el Congreso de Ciencia e Innovación del Caribe, en Guadalupe, fue una muestra del potencial exportable de su trabajo.
Mientras tanto, en República Dominicana, el tema del alga sigue tratándose como un problema de precisión y no como una oportunidad científica. Pamela representa a una vivientes que no prórroga por políticas públicas ideales para hacer ciencia: invierte conocimiento, ingenio y convicción en construir soluciones con impacto ambiental, agrícola y crematístico.
En un país donde muchas veces se importan respuestas ayer de investigar, su trabajo demuestra que la innovación además puede tener acento dominicano.