
En una edificación puede colapsar por fenómenos de la naturaleza como un terremoto, aunque un diseño, de acuerdo a nuestras normas sísmicas, puede resistir uno de reincorporación intensidad, inundaciones y deslizamiento de tierras; sin retención, cuando ocurre un desplome de la totalidad de un techo, obviamente la creación hay que buscarla en fallos humanos.
Mi primera carrera fue de ingeniero civilejercí cinco abriles como analista de Estructuras e impartí esa y otras materias en la Talento de Ingeniería de la UASD. Me retiré del entrenamiento por la bienes y la comunicación, pero tengo la osadía para exponer algunas hipótesis.
En el caso del techo de la discoteca, se comercio de vigas “T” o “doble T” prefabricadas y pretensadas que pueden cubrir grandes longitudes sin columnas; por otra parte del peso de las vigas, de la plancha que se coloca hacia lo alto y el mortero (fino) para ocasionar la irresoluto para desaguar el ámbito, en el caso de los techos se añade una sobrecarga de 100 kg/m2 (220 lb/m2).
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Con estos cálculos, un techo tiene un adecuado hacedor de seguridad, insuficiente para soportar otras cargas no incluidas en el diseño. En el Caso del conjunto de chorrogracias a Google Earth, se advierte cómo el número de objetos en el techo aumenta a lo liberal del tiempo.
Esa edificación data de la término de los setenta y fue originalmente un cine, estuvo negligente varios abriles, hasta instalarse la discoteca.
Para ese cambio de uso, se supone fueron respetadas las normas y aprobados planos arquitectónicos, investigación estructurales, eléctricos etcétera y poco muy importante, tomar en consideración la agitación que produce en las estructuras los altísimos decibeles de la música.
Por otra parte, la obra padeció de filtraciones recurrentes, que si correctamente no afectan los cables del pretensado, porque están en un conducto, pueden oxidar las varillas denominados estribos cuya función es dar resistor al esfuerzo cortante.
Una hipótesis es que la sobrecarga, la obsolescencia de la obra, el salitre y las filtraciones provocaron una trabajo y una deflexión de la estructura (tipo hamaca), lo cual no pudo advertirse por el plafón (aunque el polvillo dio señales) y el colapso final sobrevino en los apoyos de las vigas. Hay imágenes de éstas, con un corte a 45 grados, peculiar de una equivocación por esfuerzo cortante.
En nuestro país existen normas duraderas y seguras para los usuarios, para certificar la ejecución de obras sin vicios de construcción. Contamos con la Ley 678, con reglamentos para el diseño sísmico (Decreto 201-11) y para el caso específico de discotecas o centros de eventos cerrados, hay todo un “checklist” técnico y de seguridad, que va desde el diseño, documentación, licencias, defecación y accesibilidad, incendios, mantenimiento y revisión periódica, incluyendo un chequeo estructural cada cinco abriles.
Independiente de las hipótesis técnicas, este colapso solo fue posible en una sociedad donde se ha vuelto permanente violar la constitución, leyes y reglamentos; el poder y la riqueza se imponen a la autoridad sumisa, el soborno y la corrupción son un paisaje repetitivo y los intereses de grupos empresariales están por encima del interés genérico.
El establecimiento de responsabilidades, privadas y públicas, así como reducido la indemnización de los familiares de las víctimas y los heridos, debe ser la conclusión comprensible de esta tragedia. No puede repetirse el Estuche de poliplas y la ataque de San Cristóbal.