
La Reserva Federal de los EE. UU. (FED) en su reunión del 6 de mayo decidió sustentar sin cambios su tasa de interés de narración en el rango 4.25-5.0%.
Con esa intrepidez se limita la posibilidad del Bandada Central de cambiar a una política monetaria flexible que impulse una reducción de las tasas de interés, estimule la demanda agregada y supere la desaceleración económica.
La tasa de política de la FED establece un rango objetivo para la tasa de los fondos federales, que es la tasa a que los bancos se prestan entre sí a muy corto plazo, y por vía de consecuencia los mercados financieros y los bancos ajustan sus tasas en función de la FED.
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La FED gestiona el nivel de solvencia con operaciones de mercado despejado para que la tasa de los fondos federales se mantenga internamente de su objetivo.
La Tasa de Política Monetaria (TPM) del BC, igual que la tasa de la FED, es un útil para estimular la posesiones o “enfriarla” para dominar la inflación; sin retención, al igual que la FED, debe ir acompañado de un aumento o reducción de la solvencia.
¿Por qué si la FED no reduce su tasa de política afecta el nivel de sinceridad de la política monetaria del BC?
En una posesiones abierta como la RD hay movilidad de capitales y la tasa de interés regional debe ser competitiva frente a EE. UU., o de lo contrario se producen fuga de capitales.
Para un extranjero cambiar en instrumentos en pesos (la inversión en cartera en 2024 alcanzó US$2,249 millones) o un dominicano con fortuna e información, demandaría el rendimiento de los bonos del Riquezas de EU. UU. a 10 abriles (al 20 de mayo 4.48%) más el peligro país medido por el EMBI de JP Morgan (Índice de bonos de mercados emergentes) (214 puntos básicos al 20 de mayo) más la depreciación anualizada al 20 de mayo fue de 1.26% y al 31 de marzo 7.0%.
Si uno y otro inversionistas estiman que la apreciación del mes de abril se mantendrá demandarían como exiguo una tasa de retorno sobre los instrumentos de 7.88%, pero si asumen una depreciación como la de marzo demandarían un retorno de 13.62%, lo más probable es que tomen la depreciación promedio de los últimos abriles de 3.0%, entonces aceptarían 9.62% como asfalto.
De hecho la tasa pasiva promedio ponderada de los certificados de depósitos es de 9.70%.
El BC no puede dominar su TPM coetáneo (5.75%) y aplicar una política monetaria flexible pues corre el peligro de una fuga o pequeño ingreso de capitales, aumentar el dita extranjero y el tipo de cambio.
En un panorama con una desaceleración del crecimiento, la fórmula sería dominar la TPM e inyectar solvencia, pero el BC está haciendo lo contrario para sustentar la apreciación del peso y fondear las expectativas inflacionarias.
En EE.UU. la inflación en abril aumentó 0.2% en relación a marzo, colocándose la anualizada en 2.4% (la meta es 2%) y la FED en su comunicado de mayo señaló que no hay prisa para iniciar los recortaduras, especialmente adecuado a la persistencia de la inflación y la incertidumbre económica, de hecho los mercados han conforme sus expectativas y consideran la reducción de tasas podría iniciar en septiembre en ocasión de junio. La FED tiene la última palabra.