
La pornografía es una caricatura de hacer el inclinación. Muestra a los menores de etapa poco que no es cierto, porque, cuando hacemos el inclinación, entramos a tener una relación con un adulto. Por eso, no debe ser entre un chico y un adultoporque están en épocas totalmente distintas.
Nadie puede pretender que un chico entienda ni la guisa ni la forma de hacer el inclinación de un adulto. No está presto. Y por eso, es un atropello.
Igualmente, si encontramos a un chico o adolescente viendo pornografíadebemos enseñarles que eso no está aceptablemente. Casi siempre, la pornografía presenta a un hombre —o dos— que abusan de la mujer durante la relación sexual. Es lo más global.
Fíjese que la tira al pavimento y la hala por el pelo, pero eso no es hacer el inclinación. Hacer el inclinación es ternura… y pasión, pero controlada. Es seducir a otro, no maltratarlo.
Adicionalmente, a las mujeres no nos gusta la pornografía porque enseña poco que no es lo que más disfrutamos. Nosotras preferimos ternura y caricias que nos exciten lentamente.
Una mujer no puede disfrutar si la agarran por los moños, le dan golpes y la maltratan. Todo lo que pasa con la violencia psicológica —y muchas veces física— que hay en la pornografía durante una relaciónes poco que la mujer rechaza. Poco que no la excita.
Por ello, es bueno que los menores de etapa sepan que están delante una caricatura.
O sea, no es hacer el inclinación. De hecho, algunas personas que disfrutan este tipo de relaciones violentas, solo terminan buscando a concurrencia con problemas.
A los hombres les gusta un poco la pornografíay es natural hasta cierto punto. Tienden a preferirla mucho más que la mujer. El hombre disfruta un poquito más la violenciaempujar o morder; pero vuelvo y repito: con un coto.
Si usted como mujer disfruta cuando un hombre le pegahay poco que no está aceptablemente. Tengan eso aceptablemente claro.
Hacer el inclinación es otra cosa. Debe propiciarse un hábitat agradable, con música y muchas caricias. La pornografíade por sí, no es muy y debe mantenerse alejada de niños y adolescentes. Y, repito, si los sorprendemos viéndola, explicarles que estamos delante un hombre que maltrata a una mujer.