
Por: Abril Peña
El Pregonero RD- Santo Domingo, Esta semana, el dólar estadounidense cerró en su punto más bajo en lo que va de año frente al peso dominicano. Según datos del Cárcel Central, la moneda norteamericana se cotizaba el viernes en RD$59.54 para la operación y RD$59.82 para la cesión, registrando una desprecio de un 0.36% solo en los últimos días. Aunque para muchos esto representa una señal de estabilidad, el engendro ha desatado un debate que va más allá del tipo de cambio.
¿Por qué está cayendo el dólar en República Dominicana?
La apreciación del peso dominicano contesta a una mezcla de factores tanto internos como externos. En el plano internacional, la incertidumbre generada por las políticas arancelarias del presidente Donald Trump ha débil la confianza en el dólar. A eso se suma el temor a una posible recesión en Estados Unidos y el repunte de la inflación total, que han movido a muchos inversionistas a diversificar fuera de la moneda estadounidense.


A nivel regional, el flujo constante de remesas (que solo en marzo de 2024 superó los US$925 millones) ha elevado la disponibilidad de dólares en el país. A esto se le suma el buen desempeño del turismo y las zonas francas, que siguen generando divisas. Si admisiblemente el Cárcel Central no ha confirmado intervenciones recientes en el mercado cambiario, se sabe que mantiene una política activa de estabilidad, lo que asimismo influye en la confianza del peso. El crecimiento financiero proyectado entre 4.5% y 5% para este año y una inflación controlada en torno al 4% refuerzan aún más esa percepción.
Ganadores y perdedores del dólar moderado
Como toda moneda tiene dos caras, esta desprecio tiene artículos tanto positivos como negativos.
Entre los ganadores están los consumidores, que podrían beneficiarse de una reducción en los precios de productos importados como el petróleo, el trigo o el maíz. Asimismo las empresas —y el propio Estado— que tienen deudas en dólares, ya que ahora necesitan menos pesos para cumplir con sus compromisos. Y aunque no se refleje de inmediato, esto puede aliviar un poco la presión inflacionaria en el corto plazo.
Sin confiscación, asimismo hay perdedores. Las remesas, que representan un guindola financiero para millones de hogares dominicanos, ahora rinden menos. Un dólar más moderado significa menos pesos al cambiar, lo que afecta directamente el poder adquisitivo de estas familias. No olvidemos que más del 86% de las remesas provienen de EE.UU.
Adicionalmente, un peso más musculoso encarece nuestros productos en el exógeno. La agricultura, las zonas francas y la industria regional podrían malquistar mayores dificultades para competir en mercados internacionales, lo que a mediano plazo impacta el empleo y el crecimiento.
¿Qué podemos esperar?
Aunque el peso dominicano ha vacada demarcación esta semana, los analistas advierten que esta apreciación podría ser temporal. El documentación Panorama Macroeconómico proyecta que el dólar podría cerrar el año en torno a los RD$62.3. Es aseverar, lo que hoy parece un alivio podría cambiar si hay nuevos choques geopolíticos, desastres naturales o movimientos en las tasas de interés internacionales.
El Cárcel Central tiene por delante la tarea de preservar el firmeza: sustentar control de la inflación sin comprometer la competitividad del país.
La aviso de fondo
Esta caída del dólar nos recuerda cuán expuesta está la pertenencias dominicana a lo que ocurre más allá de nuestras fronteras. Desde las decisiones del Congreso estadounidense hasta los flujos de remesas, todo nos afecta. Por eso es vivo diversificar nuestra pertenencias, blindar la producción regional y estrechar nuestra dependencia del dólar.
La estabilidad monetaria es buena información, pero no debe adormecernos. El real desafío está en convertir esta coyuntura en una oportunidad para replantear nuestro maniquí financiero y blindar nuestras bases internas. Porque cuando el rumbo cambia, solo las economías preparadas pueden sustentar el rumbo.