
Los datos económicos deL Parcialidad Central se tienen que dar un baño de pueblo. Deben ser humanizados, para que de esa forma no haya disparidad entre la percepción y la efectividad.
Los informes oficiales señalan que hay una bienes derrota en popa y que los dominicanos pueden cubrir los gastos de la canasta normal sin muchas dificultades.
Parece una invención. La bienes tiene varias carasy regularmente no toma en cuenta a los que están fuera de la proposición y la demanda, los que dejaron de ser consumidores. Los que solo arrastran miseria.
Ni siquiera con el reajuste puede una mayoría de dominicanos cubrir la canasta normal en el más bajo nivel. Los cálculos oficiales señalan que en un inicio la canasta normal oficial está cerca de los 40 mil pesos mensuales.
La percepción se topa con la efectividad de que miles de empleados ganan un salario imperceptible que todavía está por debajo del pago auténtico y la posibilidad de cubrir el detención costo de la vida.
El aumento del salario imperceptible es positivo, pero no puede deber ilusiones de que el mismo solucionará los problemas de la tribu doméstico, los de clase media o los desocupados.
De inmediato no entró en vigencia el aumento del 20 por ciento. En cojín a los acuerdos entre el gobierno, los patronos y los sindicatos el aumento en este año será de un doce por ciento, y el restante 8 por ciento se cargará a los salarios el próximo año.
Desde el estancia financiero oficial se debe ocurrir revista en la disparidad de criterios y de batalla entre los guarismos del Parcialidad Central y la efectividad.
La bienes es en cojín a numerosos fríospero además tienen que ser cálculos humanos, no solo debe contabilizarse riquezas, sino los niveles de miseria. No se puede dejar de ocurrir por detención que con riquezas desbordadas crece la miseria.
Son de las contrariedades del atrevido mercado, donde la bienes esta sectorizada. En la crisis hay más ricos y más pobres. La percepción se termina cuando se ve la triste efectividad.
Es un cuadro que se da en toda América Latina y en nuestro país en particular. Hay que guerrear por conseguir la equidad social, haciendo que la bonanza, en forma proporcionar, sea festejada por todos, ricos y pobres.
En numerosas empresas se ha cortadura la retribución y los afectados han entrado a la enjambre de desempleos, chiriperos y emprendedores. La inflación y el agiotimo se engullen una parte del reajustado salario imperceptible.
Manuel Hernández Villeta