
Fito lucía malhumorado, pero aún así hacía esfuerzos por sostener la calma. Estaba irritado, aunque trataba de disimularlo.
Pepe El Voluminoso se sorprendió de verle con un extintor de incendios en la mano, muy agitado, como si tuviera prisa. -¿Qué te pasa Fito, vas de asueto de Semana Santa? -¿Por qué lo preguntas? -Oh, porque veo que llevas un extintor CO2. Eso lo hacen los vacacionistas precavidos: se llevan un apaga fuegos “por si casualidad”. Con tantos carros que usan gas… -¡Qué vacacionista ni vacacionista! Lo que sucede es que estuve en la iglesia, confesé mis pecados y el cura, muy poco diplomático, me dijo poco que no me gustó. Me dijo que he cometido tantos pecados, que estoy condenado al abismo. Y es por eso que me llevo este extintor.
Ojalá que allá no me cobren impuestos por el ingenio.