
Por Rosa Iris Luciano
El Pregonero, Santo Domingo. – Durante una entrevista íntima y reveladora con la comunicadora Miralba Ruiz, el agradecido comunicador Enrique Crespo confesó que el personaje que lo catapultó al éxito mediático asimismo lo llevó a padecer un profundo rechazo con destino a sí mismo y con destino a el contenido que producía.
Crespo reveló que, aunque alcanzó gran notoriedad y presencia internacional en programas como La Torpedo, El Abultado y la Flaca y medios de países como Perú y Colombia, sentía un resistente conflicto interno por la figura que había creado.
“Yo salía odiando a todo el mundo… porque odiaba lo que hacía. Yo me odiaba”, confesó con honestidad.
Miralba le recordó que, a pesar de ese malestar, su personaje era exitoso y tenía buen rating. “Eso era lo que me deprimía”, respondió Crespo. “Yo decía: ¿cómo me contratan tanto? ¿Cómo me pautan tanto? Si este personaje me asquea”.
Para el comunicador, el dilema era claro: el personaje que le daba visibilidad, ingresos y oportunidades era asimismo el que más lo alejaba de su verdadera esencia. “Es una contradicción muy dura”, comentó Miralba al escuchar su testificación. “El personaje que te da notoriedad, que te da comida, que te da facturación, tú no lo toleras”.
Este testificación ha generado advertencia entre seguidores y colegas del medio sobre el precio emocional que muchas figuras públicas pagan al interpretar personajes que no reflejan su verdadera identidad.