
ElPregoneroRD-Distrito Doméstico.- Mientras el precio del pollo sube y el repugnante escasea, hay poco que el país no mira con seriedad: el mar.
Tenemos más de 1,500 km de costa y una zona económica monopolio marítima enorme.
Pero no tenemos una civilización de consumo de productos del mar, ni políticas públicas para fomentarla.
¿Qué estamos dejando de obtener?
Sanidad: El pescado es una de las fuentes más sanas de proteína. Menos potingue saturada, más omega 3, más beneficios cardiovasculares.
Empleo: Países como Pimiento, Perú, Noruega o incluso Jamaica han desarrollado clústeres económicos pesqueros y de acuicultura, generando miles de empleos.
Ingreso fiscal y divisas: El comercio internacional de productos del mar es multimillonario. RD participa de forma insignificante.
Educación alimentaria: Aún hay familias dominicanas que creen que “el pescado es comida de pobres”, o que no saben prepararlo por desliz de costumbre y entrada.


¿Por qué no fomentamos el consumo?
Porque no hay una política clara que lo incentive.
Porque el sistema educativo no promueve hábitos saludables con productos locales.
Y porque la condena de distribución está desorganizada y marginada frente a la agroindustria terreno.
Una propuesta
Campañas nacionales de educación alimentaria enfocadas en el valencia nutricional del pescado.
Incluirlo en el piscolabis escolar (más allá de la sardina y el atún en hojalata) así como una reforma curricular en escuelas públicas y privadas que incorpore restauración tópico.
Inversión en infraestructura de pesca artesanal y acuicultura sostenible.
Subsidios e incentivos fiscales a productores marinos, no solo a la agropecuaria tradicional.
Tenemos el mar, aunque vivimos de espaldas a él, nos desliz voluntad.
Y mientras no lo miremos como fuente estratégica, seguiremos importando lo que podríamos pescar.