El cosmonauta de la NASA, Don Pettit, está a solo un par de días de regresar a la Tierra en una nave espacial rusa de Soyuz a posteriori de una estancia de siete meses en la Fase Espacial Internacional, por lo que es el momento valentísimo para retornar a inspeccionar su asombroso relato de su primer regreso a casa de Soyuz en 2003.

En el artículo, Pettit describe en detalle realista la extraordinaria experiencia de precipitar la entorno de la Tierra a cinco millas por segundo, y cómo el mal funcionamiento con Soyuz llevó a que el revoloteo a casa se convirtiera en una especie de aterrizaje de prueba para una futura ocupación tripulada a Marte.

Acoplado por delante de la entrada de reincorporación velocidad de la nave espacial en la entorno de la Tierra hace 22 abriles, se hizo evidente para Pettit y sus dos compañeros de tripulación, Ken Bowersox y Nikolai Budarin, que la soja estaba experimentando problemas con su sistema de orientación, lo que provocó que la cápsula cambie de una entrada controlada y suave a una entrada y rugosa “Ballist” mucho más importante y áspera.

“Este fue el primer revoloteo de entrada de una soja con una cabina mejorada, y no funcionó mal”. Pettit escribió en su cuenta Para la revista Smithsonian, y agregó: “Estábamos entrando con más habilidad que una embuste de cañón”.

Una consecuencia de una entrada balística, dijo Pettit, es que su nivel G sube a más del doble que la de una entrada común, “Entonces, en puesto de ensayar de 3 a 3.5 gs, estábamos gruñiendo bajo cargas máximas superiores a 8 Gs, a posteriori de suceder vivido durante casi medio año en el cero G de espacio. En mi traje espacial, pesaba aproximadamente 1,700 libras”.

A posteriori de suceder rematado el proceso de entrada no convencional, luego llegó la secuencia de transigencia de paracaídas, “con sus oscilaciones de carnaval”. El alucinación se suavizó una vez que todas las rampas estaban abiertas, pero el touchdown era uno para memorar.

“El Soyuz es conocido por los aterrizajes duros”, escribió Pettit. “Para atenuar el leñazo, una serie de pequeños cohetes debajo del transporte dispararon unos metros antaño del impacto. Los rusos los llaman ‘cohetes de aterrizaje suave’. Los amortiguadores de percance cerebrovascular debajo de nuestros sofás redujeron el leñazo a poco así como una colisión trasera en el tráfico de la hora pico.

Pettit explicó que oportuno a la física de una entrada balística, la cápsula de Soyuz había aterrizado a casi 300 millas de distancia del puesto previsto.

“A posteriori de que la rampa se abrió, compartimos un breve emisión de radiodifusión con un avión de búsqueda y rescate, por lo que su tripulación sabía que estábamos perfectamente. Pero perdieron el contacto antaño de poder explicar que nuestra entrada había sido balística. Una vez debajo de su horizonte de radiodifusión, no estábamos fuera de trascendencia.

Si hubieran aterrizado en el puesto correcto, el personal de apoyo del suelo habría estado allí para ayudar a extraerlos de la cápsula, una maniobra que sería difícil para un cosmonauta hacer solo a posteriori de acaecer meses en condiciones de microgravedad en la ISS.

Pero sin nadie para ayudar, los tres miembros de la tripulación lucharon cuidadosamente fuera de la nave espacial antaño de disfrutar de un momento disfrutando del sol.

“Se sintió perfectamente cohabitar de espaldas y comunicarse con la Hermana Tierra”, dijo Pettit. “El Gloria era un cerúleo maravilloso. El olor a tierra recién molida y hierba de primavera aplastada de la caída de nuestra soja llenó nuestras valor. La canción de un pardal nos saludó las orejas. Una brisa tocó nuestras caras. Los tres apoyaron nuestras cabezas en nuestra pila de equipos de supervivencia como si fuera una almohada comunal gigantesco. Nuestros cuerpos irradiaban como una rueda de tres saltos”.

Aproximadamente dos horas a posteriori de su regreso, la tripulación finalmente pudo hacer contacto de radiodifusión con un avión de búsqueda. Los helicópteros que llevaban el personal de apoyo al suelo llegaron unas tres horas a posteriori de eso.

Pettit escribe sobre cómo el inusual regreso a casa “tuvo una extraña dependencia con un alucinación, y un aterrizaje en, Marte … Los paralelos son sorprendentes. Primero vivimos en un entorno ingrávido durante cinco meses y medio. Dependiendo de la sufragio de la propulsión, seis meses es una buena estimación para un alucinación de una vía de mars. pilotó nuestra propia nave espacial a través de una maniobra de entrada de stop G, similar a lo que puede hacer un equipo en Marte.

Añadió: “Por nuestra cuenta, realizamos una serie de tareas operativas básicas, no muy diferentes a las que una tripulación podría ejecutar a posteriori de aterrizar en Marte, como la seguridad de la nave espacial, que implica procedimientos de recital, volteos de interruptores y empujando los ordenanza en el panel de control para que se apoderen de un equipo innecesario para extender la vida de la peroles para los radios. Luego abrió la escotilla por nosotros mismos, sin entretener, y se arrastró.

“Realizamos todas estas operaciones sin ayuda externa”, dijo Pettit, y agregó: “Incluso podríamos suceder estado en Marte”.

Felizmente para Pettit, y todos los demás que viajan en la soja en estos días, la nave espacial rusa ha recibido varias mejoras desde ese revoloteo problemático a casa hace 22 abriles, por lo que el cosmonauta estadounidense debería estar en un alucinación mucho más suave a Terra Firma el sábado.

Asegúrese de revisar La cuenta completa y fascinante de Pettit en el sitio web de Smithsonian.