
En el Sermón de las Siete Palabrascelebrado en la Catedral Primada de América es Viernes Santola Franciscana Bárbara Suárezcoordinadora de la Pastoral Inmaduro de la Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Villa Duarteprofundizó en la séptima palabra de Jesús en la cruz, tocando el tejido mas profundo de la sociedad dominicana. La violencia intrafamiliar y feminicidios.
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lucas 23,46).
Suárez destacó que estas fueron las últimas palabras pronunciadas por Jesús antiguamente de sucumbir, expresando una entrega total y absoluta al Padre.
«Cristo entrega al Padre su espíritu, su esencia, su todo. Lo que morapio del Padre vuelve al Padre, habiendo cumplido su delegación en la tierra»reflexionó.
La entrega a Jehová y los desafíos actuales
La consejo abordó la dificultad de entregar nuestro espíritu a Jehováen un mundo donde la autosuficiencia y el ego impiden confesar la exigencia de esperar plenamente en Él.
«Nos creemos invencibles, nuestro ego está tan enraizado en la tierra que se nos hace difícil mirar al Gloria y contemplar la celebridad de Jehová»expresó Suárez.
Violencia intrafamiliar y feminicidios: un llamado urgente
La consejo de este año igualmente se centró en la violencia intrafamiliar y los feminicidiosrecordando el papel fundamental de la comunidad en el Plan Divino.
«Hoy, nuestra sociedad está fragmentada por el flagelo de los feminicidios y la violencia intrafamiliar. Se ha desnaturalizado el fin de la comunidad»lamentó.
Se citó al Papá Franciscoquien en 2021 expresó:
«Es impresionante el número de mujeres golpeadas, ofendidas, abusadas. Las distintas formas de malos tratos que sufren muchas mujeres son una cobardía y una degradación para los hombres y para toda la humanidad.»
En República Dominicana, las cifras de feminicidios en el primer trimestre de 2025 alcanzan 17 mujeres asesinadascon cientos de denuncias de violencia intrafamiliar registradas en el Empleo Conocido.
Acciones necesarias para erradicar la violencia
Suárez instó a que la violencia intrafamiliar y los feminicidios sean declarados emergencia franquistay que el Estado, la sociedad civil, las iglesias y los medios de comunicación trabajen en programas concretos para erradicar este flagelo.
«Ya no podemos solo lamentarnos, hay que acaecer a la actividad»enfatizó.
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Finalmente, elevó una oración por las víctimas y sus familias, concluyendo con un llamado a la esperanza y la actividad:
«Que la última palabra nuestra no sea para lamentarnos, sino para llevar a cabo responsable y cristianamente en presencia de este flagelo. Que seamos los peregrinos de la esperanza de esta sociedad sufriente, que grita en presencia de tanto dolor y aflicción. ¡Ni una más!»