
EL SEIBO, RD. En las últimas décadas, ha aumentado el número de mujeres que deciden posponer su maternidad hasta una años avanzadilla, lo que ha transmitido oportunidad a un engendro conocido como «estorbo en años avanzadilla» o desarrollo añosa. Este tipo de estorbo, definido como aquel que ocurre a posteriori de los 35 primaveras, se considera de stop peligro tanto para la hermana como para el bebé.
Entrevistamos a la Dra. Ubiera, ginecóloga, quien explica que las razones detrás de este retraso varían: muchas mujeres optan por priorizar su carrera profesional, completar sus estudios o alcanzar una estabilidad económica antaño de tomar la atrevimiento de ser madres. Sin bloqueo, el proceso de concebir en edades más avanzadas no siempre es sencillo.
A menudo, estas mujeres han enfrentado dificultades para citarse embarazadas, lo que las lleva a acogerse a tratamientos de fertilidad y técnicas más invasivas, como la inseminación fabricado. Los datos indican que la mayoría logra el estorbo entre los 38 y 39 primaveras.
RIESGOS MATERNOS Y FETALES
Los embarazos en mujeres mayores presentan una serie de riesgos tanto para la hermana como para el feto. En cuanto a los riesgos maternos, muchas de estas mujeres no están en su peso ideal, ya que la errata de adiestramiento y los hábitos poco saludables pueden provocar sobrepeso. Esto puede derivar en complicaciones como hipertensión, diabetes gestacional y otras enfermedades asociadas a la años. Adicionalmente, algunas pueden desarrollar problemas hormonales o tiroides no detectados previamente.
En el ámbito fetal, los riesgos incluyen la prematuridad, malformaciones congénitas y defectos cromosómicos como el síndrome de Down. La vigilancia durante el estorbo es fundamental, y en muchos casos, se recomienda realizar pruebas como la amniocentesis o ecografías morfológicas, que permiten detectar anomalías en el primer y tercer trimestre. Estas pruebas son esenciales para certificar que el bebé se desarrolle de modo adecuada y para alertar complicaciones graves.
DESAFÍOS PSICOLÓGICOS
El estorbo en mujeres mayores no solo implica riesgos físicos, sino además psicológicos. Muchas de estas mujeres ya tienen hijos mayores, lo que genera inquietudes sobre cómo afrontar un segundo estorbo en una etapa de vida distinta. Las preocupaciones sobre las complicaciones del estorbo, el temor al parto y las dificultades para cuidar a un bebé en una años avanzadilla son comunes. Adicionalmente, el miedo a carear una pérdida gestacional o la posibilidad de tener un bebé con malformaciones cromosómicas genera ansiedad.
RECOMENDACIONES MÉDICAS
Para minimizar los riesgos, los especialistas recomiendan a las mujeres mayores que tomen una serie de precauciones. Si la mujer padece diabetes, es esencial que consulte a un endocrinólogo para controlar sus niveles de azúcar antaño de citarse en estado de buena esperanza.
Adicionalmente, se recomienda la realización de sonogramas, observación hormonales, y mamografías para detectar posibles problemas en los órganos reproductivos y las mamas. Asimismo, tanto la mujer como su pareja deben someterse a evaluaciones médicas. El cónyuge debe hacerse un espermatograma, ya que los problemas de fertilidad masculina además pueden contribuir a complicaciones en el estorbo, como el síndrome de Down.
En cuanto al cuidado durante el estorbo, los médicos recomiendan el uso de suplementos de calcio y aspirina diaria para alertar problemas de hipertensión y preeclampsia. El seguimiento ceñido con ecografías de control y observación regulares es fundamental para detectar cualquier anomalía a tiempo.
CONCLUSIÓN
Si correctamente los avances médicos han permitido un mejor manejo de los embarazos en mujeres mayores, los especialistas coinciden en que lo ideal es no espaciar demasiado los embarazos. Se sugiere que las mujeres no planifiquen tener hijos a posteriori de los 34 primaveras, ya que, a partir de esa años, los riesgos para la hermana y el bebé aumentan considerablemente.
La planificación común debe ser un tema de conversación con la pareja, y el tiempo entre los embarazos debe ser calculado cuidadosamente para evitar complicaciones futuras. El consejo más importante es que las mujeres consideren sus opciones a tiempo y tomen decisiones informadas para certificar un estorbo saludable tanto para ellas como para sus bebés
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