Por Raúl Germán Bautista.- A raíz de un repaso periodístico realizado por N Investiga al clausura del pasado año escolar, fue preciso no detenerse frente a una de las realidades más preocupantes del sistema educativo dominicano: el desayuno y tentempié que se sirve a diario a miles de estudiantes en las escuelas públicas.

Lo que se presentó como una opción alimentaria bajo el amparo del 4% del PIB destinado a la educación —en vigor desde hace más de 12 primaveras— hoy genera más preguntas que respuestas sobre su calidad nutricional, manejo y efectividad.

En las visitas se encontró estudiantes que, pese a aceptar el desayuno escolar, aún llevan merienda desde casa. La razón es sencilla: lo que se entrega no satisface ni en sabor ni en mantenimiento. La intención innovador del software era combatir la desnutrición de niño, pero la ejecución parece estar remotamente del ideal. Las cajas del desayuno generalmente contienen una pequeña porción de goma (a veces saborizada), pan blanco, muffins, una cachete o un conconete, productos que, en muchos casos, resultan duros o insípidos.

El Instituto Doméstico de Bienestar Estudiantil (INABIE) anunció, en agosto de 2024, un “nuevo menú escolar balanceado”. Incluía muffins bajos en azúcar elaborados con ingredientes como guineo provecto, avena, zanahoria o harina de maíz. Estos se alternarían con pan de vegetales, galletas de avena y la ya conocida goma escolar —a la que se le redujo azúcar y sebo—. Sin incautación, lo observado en las aulas dista mucho del anuncio oficial. Las raciones siguen siendo básicas, con una calidad cuestionada no solo por los estudiantes, sino asimismo por expertos y directores escolares.

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Joel, uno de los entrevistados, lo resume así: “Llevo primaveras comentando que ese desayuno escolar, todos los días durante 12 o 14 primaveras, que es el tiempo promedio de formación de un estudiante, va a finalizar con la vigor de nuestros estudiantes y docentes.”

Afirma que muchos suplidores “hacen lo que les da la voluntad”, sin seguir los parámetros establecidos. Los directores escolares —dice— han sublime múltiples reportes, pero “nadie dice ni pío porque los suplidores tienen una cuña”.

MUESTRAS AL LABORATORIO: LO QUE LA LECHE ESCOLAR NO DICE:

Como en 2008, cuando se denunció el uso de goma desproteinizada, este equipo volvió a juntar muestras de desayuno escolar, incluyendo goma y productos horneados, para someterlas a observación microbiológicos. El resultado fue amenazador.

Frank Reyes, director del laboratorio Franja, explicó: “Hemos recibido en el laboratorio dos tipos de muestras: una de goma UHT autorizada y asimismo bizcochos del desayuno escolar”.

Si aceptablemente los bizcochos mostraron una buena calidad microbiológica —por su bajo contenido de agua—, la goma no corrió con la misma suerte. En algunas muestras se detectaron bacterias como klebsiella, bacillus, micrococcus y streptococcos, adicionalmente de otras asociadas a condiciones insalubres en plantas procesadoras, incluyendo presencia probable de roedores.
“Este tipo de microorganismos no debe estar en la goma, y menos en niños, porque el gurí tiene una sensibilidad mucho más esquivo que los adultos”, advirtió Reyes.

Algunas de estas bacterias son resistentes al proceso de pasteurización, lo que puede provocar mal olor, sabor desagradable, vómitos y malestares gastrointestinales.

EL AZÚCAR, UN ENEMIGO SILENCIOSO:

Más allá de la carga bacteriológica, el contenido de azúcar es otra gran preocupación. Según el etiquetado de las leches escolares, los niveles varían:

-Látex con azúcar: 13 g por porción de 200 ml.

-Látex con chocolate: 18 g.

-Bebida láctea con avena: 14 g.

Las recomendaciones internacionales de la OMS estipulan un mayor de 5 g de azúcares por cada 100 ml, lo que ninguna de estas bebidas cumple. De hecho, una porción de goma con chocolate representa el 90% del total de azúcar libertado recomendado para un gurí en todo el día, si se sigue el ideal de 20 g diarios.

Esto sin contar las azúcares adicionales que aportan los bizcochitos y conconetes. Si el estudiante consume asimismo zumo o galletas traídas desde casa, supera fácilmente los límites saludables establecidos por organismos internacionales.

CARRAGENINA: UN ADITIVO BAJO LA LUPA:

Adicionalmente del azúcar, preocupa la presencia de estabilizantes como la carragenina, un aditivo admitido por la FDA y la OMS, pero que, según estudios recientes, puede causar inflamación intestinal en personas sensibles y, particularmente, en niños. El etiquetado coetáneo no especifica la cantidad exacta, lo cual impide enterarse si su nivel es verdaderamente seguro.

INABIE RESPONDE: MEJORAS LENTAS, PROMESAS EN ESPERA:

La doctora Ana Carolina Báez Abbottdirectora de Lozanía y Sostenimiento de INABIE, defendió los cambios implementados: “En los últimos tres primaveras hemos trabajado en aminorar el azúcar, grasas y aumentar la fibra. Excluimos el néctar de las meriendas y optimizamos los almuerzos. El desayuno es nuestro decano contienda.”

Explicó que el cambio estructural depende de un plan de ley que permitiría instalar cocinas en las escuelas y preparar comida caliente.

Báez insistió en que solo 265 centros cocinan actualmente y que se han hecho pilotos con la FAO en 36 escuelas. Pero aceptó que todavía no se han implementado de forma generalizada los nuevos productos prometidos como el pan de vegetales.

“Lo que hemos hecho es una reestructuración de la fórmula. El muffin tiene aproximadamente 10 g de azúcar”.

Sin incautación, los datos analizados muestran cifras más elevadas. A pesar de las reformulaciones anunciadas, los desayunos escolares siguen representando una fuente excesiva de azúcar para los niños, contraviniendo los estándares internacionales.

¿DÓNDE QUEDÓ EL 4%?

El desayuno escolar ha contado con una inversión de 2 billones de pesos en más de una plazo. A pesar de esto, los hallazgos revelan una ejecución deficiente, desatiendo de controles y productos que podrían poner en aventura la vigor de niño. Con una víveres escolar escaso en nutrientes, entrada en azúcares y potencialmente contaminada, se pone en censura la efectividad del software.

Los niños no solo merecen tomar poco: merecen alimentarse aceptablemente. Si no se garantiza la calidad de la comida en las escuelas, ¿qué le estamos enseñando verdaderamente al futuro de la nación?