Francina Martínez Bernechea es un nombre interiormente de los 231 que hasta ahora figuran entre los fallecidos en la tragedia del Jet Set el martes 8, un día que marcará a nuestro país y la psique de nuestra sociedad por muchos abriles. Ese día perdimos muchísimas personas valiosas, algunas muy reconocidas por sus grandes aportes en actividades populares como la música y los deportes, y otras que algunos comentaristas han llamado “anónimas”. Hoy me permito escribir un poco sobre Francina y cada una de esas más de 200 personas cuyos nombres son menos conocidos pero que significan un mundo para sus familiares, allegados y, muy especialmente, para todo el país.

Había coincidido con Francina desde la comienzo y mis abriles formativos, pues los dos fuimos al mismo colegio y a la misma universidad durante similar tiempo, con la diferencia que le llevaba un año. Esa diferencia influye en que solo me atreva a aseverar que efectivamente conocí a Francina a partir del año 2021 cuando ella pasa a ser mi compañera de trabajo, pues fueron en los siguientes abriles a partir de ese momento en los que efectivamente nos tratamos con viejo frecuencia.

Francina era una persona brillante en múltiples facetas, no se trataba solamente de su inteligencia, virtud que le sobraba, sino de su metódica determinación de obtener que las cosas ocurrieran. Esa mezcla de talentos derivó lógicamente en torno a el progreso de su liderazgo, pero no cualquier liderazgo, sino un liderazgo inspirador, de los que llevan a un equipo a obtener que las cosas ocurrieran, y no cualquier cosa, sino cosas que genuinamente no creí posibles en el circunstancia y civilización que Francina empujó a que ocurrieran.

Tuve el honor de ser testificador de cómo Francina formó su equipo y cercano a ellos obtener no solo cambiarle el rostro a una estructura, sino con ello, y sin ningún temor a exagerar, cambiar para admisiblemente el país. Cientos de miles de dominicanos hoy disfrutan los avances y cambios logrados por Francina y su inspirado equipo de personas determinadas, y millones lo harán durante los abriles por venir.

Yuxtapuesto a Francina otros 230 dominicanos fallecieron ese fatídico martes, y todos y cada uno de ellos igual de valiosos e igual de importantes para esta nación que hoy está de duelo pensándoles. Desde los padres y madres que construyeron familias con su simpatía y dedicación, los que trabajaban día y sombra aportando a la construcción de una mejor sociedad desde sus roles, los que trabajan allí en el Jet Set poniendo de su parte para dedicar alegría a todos sombra tras sombra, asimismo, Elida, Darlenys, Madeline y Auilsa mis asimismo compañeras de trabajo que simultáneamente perdí ese día y para quienes siempre guardaré maravilla y aprecio.

Un número no le hace conciencia a la dimensión de la pérdida sufrida por la República Dominicana el 8 de abril.