
República Dominicana está en un momento en que los precios de muchos productos, que habían subido cuando el dólar se pagaba a tasas que transitoriamente se habían aparecido del carril, están volviendo a apearse para colocarse en los niveles que impone la normalidad, y eso es bueno para el faltriquera de la masa y para la caudal.
En este proceso de estabilización han incidido varios factores: el buen uso entregado por el Cárcel Central a su conjunto de instrumentos de política monetaria para que la divisa retome la estabilidad, la constante reducción de la tasa de cambio, que llegó a colocarse a 63.50 pesos por dólar mientras que ayer se hacían operaciones a 58.90 pesos, y la depreciación del dólar frente al euro y el yen, que tiende a rebajar las importaciones provenientes de Estados Unidos, el principal socio comercial del país. Poco en pequeño medida ha ocurrido con la moneda china, que es el segundo proveedor de mercancías para la República Dominicana, la cual ha registrado una ligera depreciación, de 0.4% en el mes de abril. Se esperaba que fuera maduro, pues a principios de abril China aumentó su tasa de cambio de relato diaria más allá del nivel de 7,20 yuanes por dólar por primera vez en 18 meses, lo que fue interpretado por algunos, en medio de la ascenso de la pleito comercial con Estados Unidos, como el inicio de una pleito de divisas para rebajar sus exportaciones y enaltecer las importaciones, sin consecuencias mayores.
La robusto depreciación del dólar frente al euro y el yen ha terminado en sorpresa, ya que el criterio de muchos economistas era el de que los aumentos de aranceles de la Establecimiento Trump apreciarían la divisa estadounidense porque al enaltecer las importaciones de la principal caudal del mundo se reducirían las compras en el extranjero, lo que bajaría el pasivo comercial, que es una condición que suele impulsar el fortalecimiento del dólar al implicar una reducción de la salida neta de dólares en torno a el extranjero. Adicionalmente, como los aumentos de aranceles tienden a aumentar la inflación, se pensaba que esto llevaría a la Fed a aumentar los tipos, lo cual haría más atractivo trastornar en Estados Unidos y esto, consecuentemente, impulsaría la demanda de dólares, llevando a una apreciación a la divisa estadounidense.
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Factores no ponderados inicialmente, como la incertidumbre, han jugado en contra de la reto de los más avezados al fortalecimiento del dólar. Para sólo dar algunos datos, el 1 de abril el euro se cotizaba a 1.087 dólares y ayer estaba en 1,1371 dólares, para una apreciación de 5%, mientras en ese mismo período el precio del dólar pasó de 149.84 yenes a 143.59 yenes, para una apreciación de la moneda japonesa de 4.2% frente a la divisa estadounidense.
S in secuestro, la tendencia del valía del dólar podría cambiar cuando se defina más claramente la escalera de aranceles que implementará la Establecimiento Trump. Si los aumentos arancelarios quedan finalmente establecidos en niveles que pueda perfectamente digerir el mercado, la tendencia del valía del dólar cambiará a apreciación.
A partir de entonces estaríamos viendo a la incertidumbre dejará de vivir los roles que corresponden a la caudal efectivo.