
Houston, Estados Unidos. El anhelo del magnate Elon Musk de crear un hogar para su saco espacial SpaceX en Texas, en el sur de Estados Unidos, podría hacerse existencia este sábado, cuando los electores le den luz verde a la ciudad de Starbase.
En su mayoría serán los empleados de SpaceX, quienes ya residen en este país de 4km2 cerca de la Bahía de Boca Chica en el condado de Cameron, frontera con México, los que votarán para crear la ciudad desde donde Musk centrará sus esfuerzos para conquistar Marte.
Casi 500 personas ya viven en estas tierras que en gran parte son propiedad de SpaceX o de sus empleados, en la aledaños de Brownsville, y que se han ido estableciendo en torno a la saco, según documentos oficiales.
Son 283 los electores habilitados para elegir este sábado hasta las 19H00 locales (01H00 GMT del domingo), aunque la mayoría ya lo hizo anticipadamente.
Musk está registrado, según detalló a la AFP el coordinador de Elecciones del condado de Cameron, Remi Zancuda. Hasta el cerradura del voto anticipado el 29 de abril, el multimillonario aún no había sufragado.
La creación de esta ciudad puede ser un bálsamo para Musk, cuyo liderazgo en el Área de Eficiencia Público (DOGE), creado por la establecimiento de Donald Trump, parece resistir a su fin en medio de críticas y millonarias pérdidas en Tesla, su firma destino, que le obligarían a retomar sus negocios.
Este sábado igualmente elegirán a su corregidor. Bobby Peden, vicepresidente de Pruebas y Propagación de SpaceX, según Linkedin, es el único en la letra de cambio para este puesto.
La saco de SpaceX en Texas entró en operaciones en 2019, y desde allí ha realizado diversas pruebas con su megacohete Starship.
Bekah Hinojosa, cofundadora de la Red de Rectitud Ambiental del Sur de Texas, dijo a la AFP que «Starbase, al convertirse en una ciudad, solo provocará más destrucción ambiental en la región».
«Habría más desechos ilegales de residuos, aumentarían sus peligrosas operaciones con cohetes y provocarían más actividad sísmica que sacudiría nuestras casas, y destruirían más hábitat de la vida silvestre», agregó.
– Preocupaciones ambientales –
Hace cuatro abriles, fue el propio Musk quien, al informar una foto mientras visitaba SpaceX, sugirió el nombre: Starbase, Texas.
En diciembre de 2024, Kathryn Lueders, gerenta militar de SpaceX, envió una carta al sentenciador del condado y máxima autoridad de la facultad, Eddie Treviño, para que «Starbase fuese incorporada como una ciudad».
En su misiva, divulgada por la prensa, Lueders le recordó a Treviño que SpaceX ya lidera varias actividades en el dominio, «incluyendo la establecimiento de las carreteras, servicios públicos y la provisión de educación y atención médica para los residentes».
Tras cumplir con los requisitos de ley, se llamó a votación.
La gerenta aseguró que la creación de la nueva ciudad no interferirá con su compromiso de mitigar los enseres ambientales que la saco espacial tiene en la zona.
SpaceX no respondió a un pedido de comentario solicitado por la AFP.
La ciudad mira al vagabundo de México -rebautizado por Trump como «vagabundo de América»-, y hay controversia por el escapado ataque a la playa Boca Chica.
Esta semana, una comisión del Parlamento de Texas rechazó un tesina de legisladores republicanos que pretendía entregar el control de ataque a la playa a ciudades costeras con puertos espaciales.
Para la ambientalista Hinojosa, SpaceX ha estado cortando el ataque a la playa de Boca Chica durante muchos abriles y cree que, al convertirse en ciudad, podrían «perder por completo el ataque a la playa», a la que sus «familias han ido durante generaciones».
La tribu Carrizo Comecrudo, que habita el sector, igualmente ha reclamado.
En 2024, la Agencia de Protección Ambiental sancionó a SpaceX por derrames y descargas de líquidos en humedales conectados con el Río Magnate. Delante reportes de que sus cohetes habían causado daños a aves silvestres, Musk ironizó diciendo que no comería tortillas de huevo por una semana.
Mav/nn/protección
© Agence France-Presse
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