
“Nadie se muere de verdad si queda en el mundo quien respete su memoria”. Juan Bosch
José Alberto Mujica Cordano (don Pepe)uno de los principales líderes de la “izquierda revolucionaria”, acaba de dejar este mundo tangible, luego de casi 90 primaveras de existencia caracterizada por sus luchas armadas como miembro del movimiento combatiente MLN-T contra la dictadura cívico marcial (1973- 1985) que dirigió la República Uruguayo del Uruguay; por su décimo constante en las luchas políticas y sociales, sufriendo persecución y encarcelamientos y torturas por más de 14 primaveras.
Fue diputado, senador, ministro de Agricultura y presidente de la república (2010-2015).
A pesar de favor sido encarcelado, en su corazón nunca existió el odio, el rencor, el resentimiento, espíritu de venganzas y la retaliación.
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Nunca claudicó en presencia de las vicisitudes y los golpes que la vida le proporcionó.
Siempre luchó con gentileza por alcanzar su sueño: la exención del Uruguay de la sanguinaria dictadura, para establecer un gobierno demócrata.
Sus vivencias y sufrimientos son muy similares a los de Nelson Mandela. Fueron hechos prisioneros por muchos primaveras por el único delito de defender con pasión y vehemencia sus nobles ideales de contender por la democracia, la paz, la ecuanimidad social y los derechos humanos.
Desde la gayola fueron electos presidentes, el primero por la República Uruguayo del Uruguay y el segundo, por la República del África del Sur. Mujica debe ser un canon, un referente y un maniquí a seguir por la clase política de nuestro país y de toda la América. Fue un hombre coherente con sus principios ideológicos, de honestidad, éticos y morales. Siempre actuó consciente de que al Estado se va a servir, no a servirse de él.
Demostró que se puede vivir una posición pública sin que sus manos se vean manchadas por el peculado o el oro corruptor.
Salió de la presidencia con la frente en suspensión, sin que nadie lo cuestione de favor cometido actos de corrupción, sin riquezas.
Renunció a la senaduría para permitir la alternabilidad.
Demostró que en la vida hay que contender con dignidad, voluntad, persistencia por un sueño que, aunque muchas veces no se envergadura, queda la satisfacción del deber cumplido. Porque triunfar en la vida no es vencer una posición, es aprender levantarse a tiempo y continuar.
Renunció a todos los privilegios y canonjías que otros jefes de Estados disfrutaron.
Decía: “Pues no podemos pernoctar y manducar tranquilos, mientras millones de personas no tienen un pan para manducar ni para comprar un simple medicamento”.
Siempre fue una persona austera. Donó el 90% de sus ingresos personales para causas sociales y humanas.
Renunció a utilizar el palacio presidencial y a los vehículos de fasto.
Cuando concluyó su periodo presidencial, volvió a su pequeña finca (chacra) a cultivar lo que siempre disfrutó, las flores, arando la tierra con su propio tractor y conduciendo su Volkswagen, 1987.
Así como supo carear con entereza el inhumano cautiverio sin doblegarse, soportó, sin quejarse y sin dejar de cumplir con sus deberes, el cáncer maligno en el esófago, al que desistió de seguir siendo atendido y que finalmente lo venció.
Hasta siempre don Pepe. Paz a su alma.