
Washington.- EFE
El Gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, puso ayer, lunes, el acelerador en su ataque contra la inmigración indocumentada, al anunciar más operativos en los lugares de trabajo, la detención en instalaciones militaresy más presión a los santuarios de inmigrantes.
Trump firmó anoche dos órdenes ejecutivas que buscan simplificar las detenciones de inmigrantes y apuntan contra las ciudades y condados, denominados santuarios, que limitan la colaboración de sus policías locales con las autoridades de inmigración.
El anuncio fue hecho por el asesor de inmigración Tom Homan, contiguo a la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
La primera orden ejecutiva pretende “acorazar y dar rienda suelta” a las fuerzas del orden de Estados Unidos para perseguir a los inmigrantes, en específico aquellos con récord criminal, dijo Leavitt, sin dar detalles. La segunda orden instruye a los departamentos de Conciencia y Seguridad Interna a anunciar una relación de jurisdicciones estatales y locales que “obstruyen la aplicación de las leyes federales de inmigración». Trump ha cargado contra las ciudades santuario, lideradas por demócratas, que limitan la colaboración de su policía con el ICE.