

El autor es diputado.
Posteriormente de una catástrofe que afecta tanto a los que están involucrados, a los familiares, al personal de socorro que interviene, periodistas y los que presencian un evento traumático, como tragedias naturales (huracanes, terremotos, incendios), accidentes graves, conflictos armados, extralimitación prolongado, violencia física o sexual, testimonios de actos violentos o traumáticos, la pérdida repentina de un ser querido, lo cierto es que pueden comenzar a distinguir signos y síntomas propios de un desordenen de su salubridad mental.
Estas situaciones implican una respuesta prolongada en muchos casos de tres a seis meses, que puede ser intensa y debilitante, la cual puede interferir gravemente en la vida diaria de la persona.
Luego de una calamidad, las personas involucradas a menudo ven afectadas sus relaciones, su rendimiento sindical o universitario, su salubridad física y emocional.
Cuando el ser humano presencia o sufre un evento traumático, en un periodo que puede durar hasta seis meses, tienden a desarrollar signos y síntomas, los cuales se manifiestan de muchas maneras, pero los síntomas más comunes de los trastornos incluyen: falta de lo ocurrido o no saludo, revivir el evento traumático, pesadillas o flashbacks intensos, expresiones no deseados y angustiosos.
Adicionalmente, podemos encontrar irritabilidad, enojo, ataques de ira, dificultad para amodorrarse o concentrarse, sensación constante de peligro, sentimientos de delito o vergüenza, ansiedad, pérdida de interés en actividades, sensación de desconexión con los demás y .depresión.
El duelo emocional es la respuesta natural de sufrimiento que una persona experimenta frente a la pérdida de poco o algún importante. El duelo emocional no solo afecta a las personas que han perdido a un ser querido, sino además a quienes experimentan otras pérdidas significativas. Todas estas experiencias negativas, pensamientos o situaciones, sufrimiento o malestar producen dolor emocional.
A Dios gracias, todos estos signos y síntomas que ocurren a quienes están involucrados en un siniestro tienen tratamiento, y muchas personas logran recuperar una vida plena y eficaz.
Las principales formas de topar estos síntomas son la terapia de catástrofes para ayudar a los afectados a procesar el trauma y las emociones asociadas y cooperar con el coche cuidado.
A grande plazo, elogiar auxilio a través de terapia de duelos para ayuda a las personas afectadas a pasar los síntomas a través de terapia cognitivo-conductual (TCC) que permite identificar y modificar pensamientos y comportamientos disfuncionales para mejorar el bienestar emocional, terapia de exposición para contribuir con las personas afectadas a confrontar sus miedos y fobias de guisa graduado, tratamiento farmacológico a través de beta bloqueador, antidepresivos y ansiolíticos en combinación con terapia.
Otra forma de topar el estrés post traumático es con colaboración comunitaria y ascendiente, mediante grupos de apoyo, red de extras emocional y programas de reintegración social y sindical, evitar lugares, personas o actividades que recuerden el trauma, aislamiento emocional.
Muchas veces, el entorno sindical, ascendiente, y social no comprende la compostura del trastorno, lo que genera un aislamiento de la persona.
Charlar de ello, entenderlo y apoyar a quienes han sufrido una tragedia es parte esencial del camino con destino a la sanación individual y colectiva.
Jpm-am
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