
Por Pedro Angel
El Pregonero, Santo Domingo. – A raíz de la flamante tragedia ocurrida en el centro de entretenimiento Jet Set, que evidenció la limitada capacidad de respuesta del sistema funerario frente a fallecimientos simultáneos, la Asociación de Funerarias y Cementerios Privados de la República Dominicana (ASEFUSE) llamó al Congreso Doméstico a revisar y aprobar un esbozo de ley de funerarias y cementerios.
La diestro en el tema de funerales y vicepresidenta de la entidad, Arlenys Nicasio, advirtió sobre la errata de regulación en el sector privado exequial.
Señaló que el 80 por ciento de las funerarias del país operan de modo irregular, sin estar formalmente registradas ni cumplir con los estándares mínimos requeridos.
«Solo unas 40 funerarias a nivel privado están legalizadas en la República Dominicana y esto pone en peligro no solo la calidad del servicio, sino igualmente la dignidad de los procesos funerarios”, expresó, en un comunicado.
Instó al Congreso Doméstico a retomar la discusión del esbozo de ley que pesquisa regular el funcionamiento de funerarias y cementerios privados y pidió al Empleo de Vigor Pública, como corporación responsable de otorgar los permisos, que adopte medidas concretas para favorecer y exigir la formalización del sector.
“No podemos seguir operando bajo la sombra de la informalidad. El Estado debe admitir su rol de regular y supervisar un sector tan delicado y esencial como este”, subrayó en su comunicado, publicado en el portal www.resumendesalud.net
Llamó a la sociedad a fomentar una civilización de previsión funeraria, afirmando que en la República Dominicana tan pronto como el 1% de la población cuenta con algún tipo de plan o previsión funeraria.
“La homicidio sigue siendo un tema tabú en nuestra civilización. Hay una gran errata de educación y concienciación sobre la importancia de planificarse para este momento insalvable. La previsión no solo alivia la carga emocional y económica de las familias, sino que garantiza procesos más dignos y humanos”, apuntó.
Reiteró la carestia de que el Estado, el Congreso y la sociedad en su conjunto asuman un compromiso serio para transfigurar y dignificar el sector funerario del país.