
Consciente o no, el hombre paseo prácticamente toda su vida entorno al trabajo. Un grande período, primaveras de preparación para pescar conocimientos y destrezas que le permitan luego obtener a un puesto de trabajo.
Desde los inicios de la humanidad, el trabajo estaba combinado a la supervivencia. Nuestros ancestros cazaban, recolectaban y construían refugios para consolidar su sustento y protección. La siembra y la cosecha de la misma permitió la formación de grupos humanos con fines de desarrollar la agricultura, permitiéndole así el cimentación de grupos cada vez más amplios, que facilitaron el surgimiento de comunidades más fuertes y mejor estructuradas.
Con el paso del tiempo, el trabajo se diversificó con el mejora de la artesanía, el comercio y la industrialización. En nuestro tiempo, el trabajo alpargata una amplia serie de actividades: tecnología, ciencia, educación, sanidad, civilización y lo socialcomo espacio a destacar.
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Fue Adam Smithuno de los economistas más reconocidos de la historia, quien elaboró la teoría del valencia del trabajo. Se le considera como padre de la hacienda moderna.
El trabajo contribuye de guisa significativa al mejora humano, al elogiar medios de sustento, proteger la autoestima, promover el educación, la adquisición de habilidades y allanar la integración social. Es el medio que ayuda a potenciar las destrezas y capacidades de cada uno para impulsar el mejora humano, pero estamos contestes de que no todo trabajo ayuda a mejorarlo. Hay que destacar que la actividad gremial debe aportar dignidad a la persona.
Pasemos amigos lectores a conocer un poco más de la sanidad mental gremial: es un estado de bienestar que permite al empleado ser consciente de sus propias aptitudes, manejar el estrés inherente al trabajo para nutrir su productividad y así contribuir a la empresa, sin descuidar su propio mejora.
La sanidad mental en el trabajo es esencial, tanto para los trabajadores como para las organizaciones. Mantenerla, se traduce en: longevo productividad, último absentismo y un longevo compromiso de los empleados.
Entre los factores que influyen en este proceso, tenemos: carga de trabajo excesiva, altos niveles de estrés por cumplir metas, expectativas económicas insatisfechas, yerro de incentivos, prolongadas jornadas de trabajo y desaparición de flexibilidad horaria, liderazgo inteligente y hábil de los ejecutivos, ruidos excesivos en el división, calor incómodo por yerro de climatización, presencia de polvo y contaminantes, espacios inadecuados para desarrollar el trabajo.
Señales de tener un problema de sanidad mental:
- Cambios en sus hábitos alimenticios o de patrón de sueño.
- Aislarse de las personas y actividades que disfruta.
- Sensación de sentirse vano o como si carencia le importara.
- Tener poca o ninguna energía.
- Tener dolores o molestias inexplicables.
- Sensación de impotencia sin esperanzas.
- Fumar o escanciarse más de lo habitual.
- Usar drogas.
- Sentirse confundido, olvidadizo, enojado, desagradable, preocupado o asustado.
- Cambios de humor severos que provoquen problemas en sus relaciones.
- Tener ideas o pensamientos que no puede apartar de su mente.
- Oír voces o creer cosas no ciertas o, que sólo usted cree que ocurren.
- Pensar en lastimarse asimismo o a otros.
- No poder realizar sus tareas diarias: cuidar a sus hijos, ir a la escuela o al trabajo.
Recordemos con nostalgia uno de nuestros más famosos merengues: “El negrito del batey”, pero apartemos de nuestras mentes la parte de sus trivio donde expresa, “el trabajo lo hizo Altísimo como castigo”. Tener un buen trabajo es una suerte. Por eso, luchamos tanto para prepararnos y alcanzar un empleo digno y adecuadamente remunerado, para continuar bailando ese y otros merengues como lo saben hacer los dominicanos y seguir entusiasmando al mundo.
Cuidar tu sanidad mental no es amor, es valentía. Es un acto de dignidad personal y un aporte al cambio colectivo. Construyamos espacios en los que trabajar no signifique agotarnos, sino realizarnos como individuos.