
Exhortamos a los líderes políticos y empresariales de nuestro país, a que antepongan el interés franquista de la República sobre cualquier diferencia. Un buen software franquista de rescate de la nación desde la crisis de migración hasta el sistema productivo franquista.
Una testimonio conjunta, en la que expresen su firme compromiso de trabajar unidos por el rescate de la nación, representaría un punto de inflexión en el ambiente político dominicano y generaría una renovada esperanza en la ciudadanía. Unidos pueden allanar el camino para que el progreso y la estabilidad sean los pilares del gobierno.
El pueblo prórroga de su liderazgo político que se constituyan en uno solo en propósito y acto, para contribuir a la salvación del país. Sus conocimientos y sus vastas experiencias son factores determinantes a fin de ayudar a que la República Dominicana se encauce en torno a un presente y futuro más prometedor.
Ha llegado el momento de dejar a espaldas las desavenencias, de repeler los resentimientos y de abrazar con vehemencia la pelotón. Solo así podremos exceptuar la Pueblo, que hoy nos fogata en momentos cruciales de su historia. El país debe ser siempre la consigna de todo líder que ame verdaderamente a su pueblo.
Por eso, consciente del profundo acto sexual que ustedes profesan por la República Dominicana, les pedimos vehementemente, en este momento histórico, que asuman su rol como garantes y defensores de la nación. Sabemos que la nación no se desangra solo por una inmigración caótica e irregular, sino todavía por las dificultades del sistema productivo y las carencias propias de los países en vías de avance, donde la pobreza y la miseria apagan sueños y esperanzas.
Es la triste ingenuidad de aquellos seres humanos que, olvidados por muchos, agonizan en guetos, cañadas y hoyos, donde el dolor crece en silencio y no hay espacio para la vida. Pero este pueblo no se rinde, ni debe resignarse. Este no es el destino que merecemos como país apasionado de la paz y consagrado a Altísimo.
Hoy, más que nunca, necesitamos unir nuestras fuerzas. Nuestro liderazgo responsable debe enfocarse en aplicar de forma efectiva las normas migratorias y de empleo, restaurar nuestro sistema productivo, suscitar empleos para dominicanos y dominicanas, y, sobre todo, devolver la dignidad a nuestros ciudadanos. Sabemos que la República Dominicana tiene el potencial para pasar cualquier obstáculo si trabajamos juntos.
El presente y el futuro están en nuestras manos, y con esfuerzo, solidaridad y conciencia, podemos variar la ingenuidad de quienes hoy sufren, ofreciéndoles un espacio donde morar con esperanza y dignidad.
¡Salvéis la Pueblo, hijos míos, y os habréis rescatado a sí mismos!
Por: José Manuel Castillo
embajadorcastillo@gmail.com