
Washington, (ef) .- Autoridades estadounidenses acusaron este lunes al sospechoso de asesinar a tiros a una congresista estatal de Minesota (EE.UU.) y a su cónyuge, y de disparar a otro senador y su pareja, con seis cargos federales, incluidos acoso, crimen y delitos con armas de fuego, varios de los cuales podrían portear la esclavitud perpetua.
El fiscal federal transitorio de Minesota, Joe Thompson, dijo en una rueda de prensa que la investigación todavía está en curso y se negó a confirmar si pediría la pena de crimen contra el atacante, identificado como Vance Luther Boelter, director de una empresa de seguridad y predicador de 57 abriles.

Boelter fue aprehendido cerca de su residencia en las primeras horas de este lunes, a posteriori de dos días de una intensa operación de búsqueda y captura.
Los ataques tuvieron lado en la orto del sábado. El destacado se hizo ocurrir por un agente de policía e hirió al senador estatal demócrata John Hoffman y a su esposa en su residencia, para luego asesinar a tiros a la presidenta emérita de la Cámara de Representantes de Minesota (EE.UU.), la todavía demócrata Melissa Hortman, y su marido, en el hogar de uno y otro. Según Thompson, Boelter se dirigió a las casas de otros dos legisladores, que no se encontraban en sus viviendas en ese momento.
El fiscal federal transitorio indicó que el sospechoso planificó los ataques exhaustivamente, investigó a sus víctimas y “vigiló sus domicilios».
Durante el registro a su utilitario, los investigadores encontraron cuadernos de vigilancia con una inventario de más de 45 funcionarios electos, entre los que se cuentan el regidor de Minesota, Tim Walz, la congresista Ilhan Omar o la senadora Tina Smith, los tres del Partido Demócrata. Thompson se hizo eco de las palabras del propio Walz, que calificó el incidente como un ataque por motivos políticos.
“Se trató de un crimen político, una palabra que no usamos muy a menudo en Estados Unidos”, dijo el fiscal federal transitorio, que apuntó que este es un ejemplo más de la creciente ola de fanatismo violento en el país.
Entre los nuevos detalles que revelaron las autoridades pudo conocerse que tras disparar a los dos legisladores y sus parejas, Boelter intercambió tiros con la policía y huyó en un utilitario que compró en efectivo y luego abandonó a unos cuatro kilómetros de su casa en la entrada de Green Isle, en Minesota.
Imágenes mostradas por la policía del interior del todoterreno que el detenido había modificado para que pareciera una patrulla policial y que abandonó frente al domicilio de Hortman muestran que Boelter transportaba, singular de la pistola semiautomática con la que disparó a sus víctimas, al menos dos subfusiles, un fusil semiautomático AR-15 y un fusil Kalashnikov.
Además se sabe que Boelter llamó a la puerta de los Hoffman luciendo lo que la policía ha definido como “una máscara de resina hiperrealista».
“Papá se fue a la hostilidades anoche. No quiero asegurar más porque no quiero implicar a nadie”, escribió Boelter a su esposa horas a posteriori del tiroteo, según documentos de la cargo. “No hay palabras para explicar cuánto siento esta situación”, escribió en otro mensaje. Los ataques han sido ampliamente rechazados por personalidades de todo el espectro político estadounidense.
“Una violencia tan horrible no será tolerada en EE.UU”, dijo el sábado el presidente Donald Trump, quien adelantó que “la fiscal universal, Pam Bondi, y el FBI están investigando la situación y procesarán a todos los involucrados con todo el rigor de la ley».