

LA AUTORA es ejecutiva de ventas. Reside en Nueva York.
En la rutina diaria, muchas veces nos detenemos frente al espejo solo para revisar lo extranjero: el peinado, la ropa, los signos del cansancio. Pero, ¿alguna vez te has sonreído a ti mismo, a ti misma, sin razón resultón? ¿Te has mirado con ternura, como se mira a cierto que ha sobrevivido a mucho?
Lo que parece un aspecto insignificante tiene un impacto poderoso. Cuando nos sonreímos frente al espejo, el cerebro asegura liberando dopamina, serotonina y endorfinas, sustancias que elevan el talante, reducen el estrés y nos hacen apreciar mejor, incluso en los días más difíciles.
No importa si esa sonrisa no sale natural al principio. El cerebro no distingue entre lo verdadero y lo intencionado: simplemente reacciona. Y ese simple aspecto puede ser el principio de un cambio profundo.
HÁBITOS QUE FORTALECEN TU SALUD MENTAL Y EMOCIONAL
Comienza el día con afirmaciones positivas
Decirte a ti mismo cosas como «soy suficiente», «estoy creciendo», «puedo con esto», puede reprogramar la forma en que enfrentas tus retos. No es autoengaño, es una aparejo poderosa para equilibrar tu estado emocional.
Cultiva la obligación diaria
Detente unos minutos cada confusión para distinguir al menos tres cosas por las que te sientes agradecido. Pueden ser pequeñas: una buena conversación, una comida reconfortante, un aspecto amable. La obligación cambia el enfoque y eleva el espíritu.
Haz pausas conscientes
Una caminata sin prisa, una taza de café sin celular, respirar profundo tres veces ayer de reaccionar. En este mundo acelerado, el serio abundancia es la atención plena. Regálatelo.
Cuida tu diálogo interno
Hablarte con respeto, sin juicios, como lo harías con cierto que amas, es una forma de recobrarse. Todos cometemos errores, todos necesitamos compasión. Despuntar contigo mismo es secreto.
Rodéate de personas que suman
Evita los entornos donde se alimenta la crítica, la queja y la negatividad. Rebusca familia que te impulse, que te inspire, que te recuerde quién eres cuando tú lo olvidas.
SONREÍR TAMBIÉN ES ORAR O MEDITAR CON EL ROSTRO
Muchos estudios confirman lo que la tino tradicional ya sabía: la sonrisa es sanadora, liberadora, contagiosa. Pero no solo con destino a fuera: asimismo con destino a adentro. Al sonreírte frente al espejo te reconoces como ser humano en construcción, te validas, te perdonas, te animas.
Hazlo cada mañana. Aunque estés cansado. Aunque sientas que no hay motivos. Hazlo como acto de fe en lo que vendrá.
EL PODER DE LOS PEQUEÑOS CAMBIOS
No necesitas cambiar tu vida de toque para aparecer a sentirte mejor. A veces, una sonrisa frente al espejo, una palabra amable con destino a ti mismo, una pausa para devolver, son suficientes para iniciar la transformación.
Porque la vigor mental se cuida desde lo corriente. Y los grandes cambios, muchas veces, comienzan en silencio… frente a un espejo.
Jpm-am
Compártelo en tus redes: