
La misma naturaleza humana es finita, por lo que las obras producidas por los humanos, no pueden ser perfectas, indemne cuando se palabra de obras maestras. Las películas, todas ellas, tienen aspectos buenos y áreas deficientes. Y de este sentenciado, no hay película que se salve.
Es el caso de las dos producciones a las que convoca el título: Delegación Inalcanzable: sentencia final y Sanky Panky 4. Las dos son sagas que representan, en sus espacios, una tradición. Ambas tienen aportes positivos y atractivos y son espectáculos audiovisuales que hay que conocer y disfrutar. Hay que verlas.
MI8 es como clan final, es eufemismo, ya que es un hecho que, en nombre de la taquilla, habrá de seguir con otro protagonista y que logró, desde sus primeras entregas, transformarse en el principal referente mundial de cine de actividad.
Sanky Panky es una clan dominicana que debe ser horizonte, disfrutada, ver y analizar sus fallos e incluso merecer el rechazo de los críticos, perfectamente entendible.
Delegación Inalcanzable: Sentencia final (Christopher McQuarrie) cierra en suspensión tono la primera etapa de la clan (vendrá una segunda con un nuevo protagonista que se dice es Glen Powell). Ambas, Delegación impracticable: (Sentencia final) y Sanky Panky IV, se encuentran en cartelera dominicana y hay que verlas por sus aciertos cinematográficos, por su capacidad de entretenimiento de cara al conocido más esencial y igualmente, aun cuando le parezca extraño, por sus deficiencias.
Delegación Inalcanzable se inicia como serie televisiva, cuyo primer capítulo lo emite la sujeción CBS el 17 de septiembre de 1966, y que vimos con deleite en Rahintel.


Deficiencias de MI8
Su principal parecer son los 120 minutos insufribles por lentos, parlamentarios y confusos, situación solo salvada por la hora y media final, en la cual la actividad es incesante, nos siembra en la butaca por lo indetenible de las acciones y termina con una persecución en avioneta. cargada de fiabilidad y buen manejo fílmico.
La situación se salva, y es lo que hace explicable la recomendación para verla, con la hora y media que logran que a nadie le duela tener pagado su pase. Es un final de clan por los puestos más altos del retentiva y el cine de actividad como premisa atractiva en su punto más suspensión.
Sanky Panky IV (Elías Acosta, producción de Franklin Romero) tiene aspectos positivos indudables. Franklin Romero, patrón de la industria de la música, creyó en el potencial del cine dominicano como industria comercial productiva desde 2004- 2005, cuando no había Ley Doméstico de Cine, multiplicador que dio la continuidad definitiva a cine comercial desarrollado por otro precursor, Encanto Muñiz (Nueva Yol y 3 y Perico Ripiao).
Acosta es uno de los cinco mejores directores dominicanos de fotografía, esta no es su ópera prima, como se ha dicho. Sanky Panky no es su ópera prima, como se ha dicho. Antaño hizo: Los inmortales (2003) y La tragedia Llenas Aybar (2007).
Los aciertos de Sanky Panky 4:
1-Locaciones y solaz topográfica de los espacios abiertos de Kenia, a partir de las estepas de Cerros de Chalona (San Juan de la Maguana), en los cuales se abrieron caminos con equipo pesado para aparentar los caminos. Acosta es oriundo de SJM, ama su pueblo y aprovecha sus condiciones geográficas para transformarlas en los ambientes africanos. Ahí se trabajó desde 0 para rasgar caminos, edificar las chozas y los ambientes.
2-Diseño de arte: vestuario de tribus africanas, maquillaje y utillaje (en exclusivo de los masáis y las chozas africanas), por el talento de Sharlyn Navarro.
3- Artículos especiales (VX) que resultan verosímiles e impactantes, con excepción de la primera vez que aparecen los animales salvajes.
4- La fotografía de Oliver Pinta es excelente, tal como debía ser teniendo de director a un director de fotografía experimentado. El resultado es superior a Sanky Panky 3, (cualquier cosa puede ser superior a ese adefesio), lo que manchó el nuncio dejado por José Enrique Pintor (Pinky) quien concibió el concepto y dirigió la primera y segunda entregas.
5- Gusta y hace reír de buena apetito al conocido genérico, a esa masa de cinéfilos sencillos, ese no dotado de una visión crítica profunda. La vimos no en premiere (eventos que son más de mercadeo que de cine en sí mismo) y vimos esa audiencia reírse de buena apetito. No ocurre eso con los críticos, algunos de los cuales, abandonaron la sala, con toda su razón.
Los errores de SP IV:
1- El sinopsis simplista, escueto y previsible, con una alternativa viable de toda la trama.
2- La dirección de actores y lamentables actuaciones de los protagonistas, cargadas de clichés, desarrolladas sin esfuerzo, con gestos faciales estereotipados y repetidos.
Estas actuaciones constituyen un retroceso con destino a el facilismo de las comedias de 2014 a 2018, cuando se procuraba la traspaso de boletas a partir de figuras y esquemas de humor televisivo mediante chistes orales, miradas y muecas básicas. Feliz Mata no logra ser Genaro. Había que dirigirlo para que dejara de ser Boca de Piano. Mata ha demostrado que es un actor de formación cuando está en manos de un director que sabe conducirlo, como aconteció en 2015 con El Detective Willy (José María Cabral).
Las malas y pésimas comedias en los primeros abriles que siguieron a la entrada en vigencia de la Ley Doméstico de Cine 108-10, son responsables de la mala imagen del cine dominicano y no se puede retornar a eso. Es mi alerta sobre.
3- La mezcla de sonido está por debajo de la calidad que debió deslumbrar. No se siente hecha por un ingeniero de sonido, sino por un técnico mezclador de música.
4- El parecer de sonido que se fue a pantalla cuando Aquiles Correa se sacude el polvo de su amenaza lumínico y tropieza con el micrófono. Ese sonido nunca debió alcanzar al metraje final.
Recomiendo verlas ambas. Tienen sus potenciales para divertir y sus defectos.