El tamaño del pene ha sido históricamente un asunto cargado de connotaciones culturales y personales: ya en las pinturas rupestres fueron frecuentes las representaciones fálicas de gran tamaño, lo que demuestra una preocupación del ser humano por esta cuestión y por la fertilidad. Por otra parte, este tema incluso tiene relevancia clínica, puesto que las medidas normativas ayudan a los médicos a evaluar el crecimiento sexo y a detectar posibles problemas de vitalidad.

En los últimos 30 abriles, el tamaño del pene rigido ha aumentado un 24 % a nivel entero, tal y como detectó el equipo dirigido por Michael L. Eisenberg (de la Universidad de Stanford) y Federico Belladelli (del Ospedale San Raffaele de Milán) en un estudio publicado en la revista World Jorunal of Men’s Health.

Este descubrimiento, que se ha realizado tras el investigación de datos de más de 55.000 hombres de todo el mundo, “tiene importantes implicaciones para la vitalidad reproductiva y el crecimiento sexo masculino”, señalan los investigadores. Por otra parte, plantea interrogantes sobre los factores ambientales y de vitalidad pública que podrían estar detrás de este engendro.

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Un incremento a nivel entero

El investigación abarcó 75 estudios publicados entre 1942 y 2021, con participantes de América, Europa, Asia, África y Oceanía. Los investigadores recopilaron mediciones realizadas por profesionales de la vitalidad, descartando estudios basados en autoinformes o en pacientes sometidos a cirugías pélvicas para respaldar que los datos fueran puramente científicos. Por consiguiente, se excluyeron de los resultados los penes sometidos a cirugía de alargamiento.

El estudio detectó que, mientras que en 1992 la largura promedio del pene rigido era de 12,27 centímetros, en 2021 esta número había aumentado hasta 15,23 centímetroslo que representa un incremento del 24 %. Este crecimiento se observó en todas las regiones analizadas y en todos los grupos de etapa.

Las diferencias regionales persisten: al igual que ocurría entonces, en África y América del Septentrión se presentan promedios más altosmientras que en Asia se registran los títulos más bajos; Europa se encuentra en un punto intermedio.

Posibles causas del incremento en el tamaño

El estudio no identifica una causa clara para este aumento y los investigadores reconocen la indigencia de continuar investigando en futuros investigación: “El aumento observado en la largura del pene rigido es un engendro entero y nuevo, cuyas causas y consecuencias aún no comprendemos del todo”. Sin requisa, sí se aventuran a suscitar una serie de hipótesis sobre esta cuestión, relacionando el aumento con el estilo de vida flagrante.

“Se puede especular que estos cambios podrían estar relacionados con observaciones de que los hitos puberales están ocurriendo en niños más jóvenes que en el pasado”. De esta forma, los autores sugieren que esto podría estar vinculado con cambios en la pubertad, que tiende a iniciarse antaño en los niños de hoy que en generaciones pasadas. Así, habría un maduro tamaño corporal, lo que incluye incluso una maduro largura del pene.

Entre las posibles causas incluso se barajan factores ambientalescomo la exposición a disruptores hormonales, la maduro incidencia de tumores testiculares, el aumento de la obesidad inmaduro y cambios en el estilo de vida, lo que refleja una preocupación en el sentido de que la tendencia sedentaria y la viandas no saludable continúan siendo protagonistas en las rutinas de millones de personas aproximadamente del mundo.

¿Esto afecta a la fertilidad?

Los investigadores del estudio señalan la indigencia de continuar analizando el crecimiento sexo y sus implicaciones para la función reproductiva. El aumento en la largura del pene rigido puede tener implicaciones para la autoestima masculina y la percepción social del cuerpo, aunque los expertos destacan que, al menos por el momento, no han detectado que esta esté directamente relacionada con la fertilidad ni con la satisfacción sexual.

En este sentido no influye el tamaño, sino la calidad del semen, la función testicular, la existencia de obstrucciones en los conductos deferentes y vías seminales, y la funcionalidad de la establecimiento y la eyaculación. Sin requisa, sí que preocupa a los investigadores este cambio porque podría revelar unas tendencias en el estilo de vida que se alejan de las rutinas saludables, lo que sí puede afectar a la fertilidad.

Existen diversos estudios que precisamente han analizado el finalidad de la dieta en la calidad espermática. Algunos como el presentado en 2019 en la reunión anual de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) revelaron que aquellos participantes que consumían aproximadamente un 30 % de su ingesta energética diaria en forma de alimentos ultraprocesados tenían un maduro peligro de presentar parámetros alterados en la calidad del semen, incluyendo recuento total de espermatozoides, motilidad y concentración en semen.