
Por Abril Peña
Nació en Santiago de los Caballeros, pero desde muy pequeña fue llevada a Estados Unidos por sus padres, como tantos otros niños dominicanos que cruzan el océano sin asimilar que algún día harán historia.
Scarlin Hernández creció en Brooklyn, en un entorno afectado por la migración, la desigualdad y los estereotipos. Aún así, decidió que nadie de eso iba a frenar sus sueños. No soñaba con salir en televisión. Soñaba con mirar las estrellas. Y lo logró.
Hoy, esta adolescente ingeniera dominicana forma parte del equipo de científicos y técnicos de la NASA que operan el telescopio espacial James Webb, el más progresista del mundo. Ese que ha acabado enterarse las imágenes más nítidas y lejanas del universo, revelando galaxias formadas hace más de 13 mil millones de abriles.
De Santiago… al espacio profundo
Scarlin estudió ingeniería informática en Capitol Technology University, una universidad que ya colaboraba con proyectos aeroespaciales. Al graduarse, entró como pasante a la NASA, y luego fue incorporada al equipo oficial.
Su rol ha sido fundamental en el explicación, prueba y monitoreo del software de orientación y control del telescopio Webb. Es afirmar: contribuye directamente a que este coloso tecnológico mantenga su posición en el espacio… a más de un millón y medio de kilómetros de la Tierra.
Sí, una dominicana es parte del equipo que vigila los confines del universo.
Una voz para otras
Pero Scarlin no solo ha aportado conocimiento. Incluso ha subido la voz.
Como mujer latina y afrodescendiente en una industria dominada históricamente por hombres blancos, ha impulsado programas de mentoría, motivación y formación para niñas y jóvenes interesadas en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
Ha cubo charlas en escuelas públicas, ha compartido su historia en congresos de disparidad, y ha recordado —una y otra vez— que el talento no tiene pasaporte.
¿Y aquí, quién la conoce?
Mientras en Estados Unidos ha sido destacada como una figura maniquí para niñas latinas, en su país procedente pocos han escuchado su nombre.
No ha sido portada de revistas. No ha sido invitada a cumbres nacionales. No ha recibido homenajes públicos.
Y sin requisa, Scarlin Hernández está ayudando a la humanidad a comprender los orígenes del universo.
Dominicanos que cambian el mundo. Aunque en su país aún no se les reconozca como se debe.