
Capítulo 2 – Plano editorial del poder crematístico dominicano
Por Abril Peña
Este artículo es la segunda entrega de un seriado que investigación replicar una pregunta incómoda pero necesaria:
¿Por qué República Dominicana crece, pero no reparte?
En el capítulo preliminar hablamos de cómo la riqueza está enormemente concentrada en pocas manos. Hoy damos un paso más: identificar esas manos, sus sectores, sus mecanismos de influencia y el silencio institucional que les protege.
Cuando el poder no tiene rostro
La concentración no es solo económica. Es política, institucional y mediática.
El poder crematístico en República Dominicana no solo acumula riqueza: asimismo moldea leyes, dirige agendas, influencia campañas y se protege bajo estructuras legales opacas.
Según datos del Sotabanco Mundial, el 1% más rico posee más del 28% de la riqueza doméstico. El índice de Gini (0.41 en 2022) refleja una desigualdad persistente. Pero detrás de estas cifras hay nombres, empresas, familias y grupos que rara vez se mencionan públicamente.
Este capítulo no investigación criminalizar a nadie. Examen poco más radical: nombrar el poder.
¿Por qué es tan difícil retener quién manda?
Porque el maniquí está diseñado para fortificar a los verdaderos dueños del hacienda. Algunas claves del anonimato son:
Sociedades anónimas y testaferros, que ocultan a los beneficiarios reales. Consorcios temporales, que cambian de nombre según la oferta. Fideicomisos privados, donde los nombres no son públicos. Redes de influencia, como medios, fundaciones o clubes empresariales, donde se decide sin rendir cuentas.
Este artículo presenta un atlas representativo, no definitivo. Incluye a quienes, por su visibilidad, bulto de activos, o influencia institucional, no pueden advenir desapercibidos.


¿Qué revela el atlas “¿Quién manda aquí?”?
El poder crematístico dominicano se distribuye en tres grandes capas:
1. Conglomerados visibles
Grupos con robusto presencia mediática, tradición consolidada y dominio en sectores secreto:
Vicini (INICIA), Bonetti (SID), Corripio, Grullón (Popular), Valeroso Asensio (BHD), Rainieri (Puntacana)
Además: Ramos, Rica, Martí, Rizek, Barceló, Brugal, Excelente, Universal, Telemicro, Claro, Nestlé, Cervecería, César Iglesias
2. Poder de bajo perfil
Grupos de gran peso crematístico que prefieren negociar sin visibilidad:
Contratistas del Estado: Hado, Mar, Rizek & Báez, Marte y Asociados
Importadores mayoristas: United Brands, Clase Alonzo, Mejía Arcalá
Grupos fiduciarios e inmobiliarios: operan a través de holdings sin nombres expuestos
3. Fortunas emergentes
Nuevos capitales impulsados por sectores en auge:
Sanidad privada: Clase Rescue, CEMDOE, Clase Yunen
Turismo inmobiliario: Cana Rock, Cap Cana, Clase Metropolitano
Minería y energía renovable: Barrick (con socios dominicanos)
Fintechs: startups respaldadas por hacienda general y conexiones políticas
¿Y la política?
El poder crematístico no opera incidental. Tiene vínculos activos con decisiones políticas y legislativas. De acuerdo con informes del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES) y estudio del PNUD, sectores como el financiero, el turístico y el extractivo gozan de exenciones fiscales sostenidas y acercamiento preferencial a políticas públicas.
Exenciones legales: Ley 158-01 (turismo), minería y zonas francas han canalizado beneficios directos a grandes capitales, reduciendo el beneficio fiscal del Estado.
Presencia en órganos secreto: empresarios de suspensión perfil forman parte de juntas regulatorias, cámaras mixtas, entidades de planificación o zonas francas.
Medios de comunicación: conglomerados como Corripio o Telemicro no solo informan, asimismo editorializan lo que se discute —y lo que no— en la memorándum pública.
El problema de fondo: opacidad estructural
La Ley 155-17 exige transparencia sobre beneficiarios finales, pero su aplicación es irregular. Según la OCDE, la equivocación de registros públicos y el uso de figuras jurídicas opacas perpetúan la diversión y la concentración.
Las licitaciones públicas permiten el uso de consorcios temporales, que diluyen la trazabilidad.
Fideicomisos privados resguardan el anonimato de beneficiarios de grandes proyectos urbanos y financieros.
¿Por qué importa este atlas?
Porque cuando el poder crematístico no rinde cuentas, la democracia se convierte en simulacro.
Porque el crecimiento sin equidad ni transparencia no genera incremento: genera resentimiento, omisión y captura del Estado.
Cerca de un país más calibrado. Este atlas no es el final. Es el punto de partida de una conversación maduro.
Porque sí, República Dominicana crece. Pero no todos crecen. Y mientras no sepamos claramente quién manda aquí, seguiremos confundiendo estabilidad con razón.