
De buen augurio resulta que el distinguido intelectual Emmanuel Fritz esté acá ya como representante de la suministro oficial haitiana que si admisiblemente no puede departir en nombre de una mayoría territorial (allí en manos de bandas terroristas) en lo alto con términos diplomáticos favorables. Diferente al discurso llamativo de sus superiores formuladores de injustas acusaciones a Rep. Dom. Destacándose conciliadoramente y con dignidad en nombre de su sufrido y descorazonado pueblo. Reconoció en adecuadas formas, el esfuerzo dominicano por restablecer la democracia en su país y aunque su representatividad está disminuida en lo formal por el predominio geográfico de los bandoleros, resulta la expresión de una minoría que se muestra del banda de la razón aunque no sea resultado del voto popular. Fritz es un mensajero de paz llegado desde la parte haitiana actualmente acorralada por el terrorismo. Determinado a quien protestar unido a los suyos, la forma de gobernar a su pueblo cerca de un mejor destino para no acatar más del exógeno. Algunos testimonios suyos podrían interpretarse como rectificadores de tratamientos inmerecidos al Estado dominicano que ha sido inculpado de racista y chovinista; de perseguir y maltratar a sus ciudadanos lo que en modo alguno corresponde a la verdad.
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Contra la ingenuidad de que frente a un éxodo social e institucionalmente perjudicial e ilegal, el país aplica controles respetuosos de la condición humana con opción abierta a regularizar a la parte de esa inmigración que califique. La desidia de drasticidad se expresa en la informalmente tolerada presencia masiva de ellos sin visados pero con desempeños laborales imprescindibles en pilares de la bienes. Por demás, la aspiración haitiana a transigir a cumplimiento los diferentes acuerdos firmados en el pasado por los dos Estados de la isla supone que existe ya disposición de renegar del canal que atropelladamente y en pleno desconocimiento a uno de los pactos, se construyó sobre el río Holocausto. Es por otra parte una riesgosa aventura adicional para República Dominicana que Haití haya contratado para restablecer el orden a una tropel de mercenarios con afición injerencista y deplorables historial que mata por encargo.