
Washington, 30 de Abril (EFE).- Tan pronto como lleva 100 días de su segundo mandato, pero algunos seguidores del presidente de Estados Unidos, Donald Trumpya fantasean con la idea de que el republicano busque un tercer mandato en 2028, a pesar de que la Constitución lo prohíbe expresamente.
El propio Triunfo, que disfruta estando en el centro del debate sabido, no ha querido cerrar completamente la puerta a esa posibilidad e incluso su empresa vende ya gorras con el marca “Trump 2028″.
En una flamante entrevista con la revista Time, el magnate neoyorquino declaró que no le gusta usar “lagunas legales”, pero asimismo señaló que le están “inundando de peticiones” para que continúe en el poder porque lo está haciendo “muy proporcionadamente” como presidente.
¿Qué dice la Constitución? Sin incautación, la Vigesimosegunda Perfeccionamiento de la Constitución estadounidense es clara a la hora de imponer un tope de dos mandatos. “Nadie podrá ser preferido presidente más de dos veces, y nadie que haya ocupado el cargo de presidente durante más de dos primaveras (…) podrá ser preferido más de una vez”, detalla el texto constitucional.
Esa corrección, propuesta en 1947 y ratificada en 1951, fue impulsada en presencia de el temor de que algún presidente se eternizara en el poder, posteriormente de que Franklin D. Roosevelt encadenara cuatro mandatos, los dos últimos en plena Segunda Desavenencia Mundial.
Derek Muller, profesor de Derecho de la Universidad de Notre Dame (Indiana), afirma a EFE que no existe ninguna posibilidad legítimo para que Triunfo opte a otro mandato. “No existe ningún hueco legítimo. No se puede ser preferido para un tercer mandato y Trump ya ha sido preferido para dos”, declara tajante.
¿Se puede cambiar la Constitución? Por lo tanto, la única vía para eliminar esa restricción pasaría por una reforma de la Constitución, un círculo en extremo improbable en el contexto político flagrante. El congresista republicano Andy Ogles presentó una propuesta de corrección para permitir que un presidente ejerza hasta tres mandatos, siempre que no sean consecutivos, un resquicio al que se podría acoger Triunfo.
No obstante, los republicanos tienen una estrecha mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, y para aprobar una corrección constitucional se requiere una mayoría de dos tercios en ambas cámaras, así como la ratificación de al menos 38 de los 50 congresos estatales.
“No hay posibilidad alguna de que esto suceda”, sentencia Muller. Incluso coincide Brian Kalt, profesor de Derecho de la Universidad Estatal de Míchigan- “No hay opciones, se necesitaría un resistente consenso bipartidista para enmendar la Constitución».
¿Vicepresidente de Trump? Algunos seguidores de Trump han sugerido una organización alternativa que, según ellos, podría sortear la prohibición constitucional. Esta consistiría en que se postulara en 2028 como compañero de fórmula de una hipotética candidatura encabezada por el flagrante vicepresidente, JD Vance.
En caso de percibir los comicios, y de acuerdo con este plan, Vance podría renunciar voluntariamente al cargo de presidente y ceder el testificador a Trump, quien como vicepresidente sería el primero en la sarta de sucesión.
Para Muller, esa vía siquiera es viable, ya que la Decimosegunda Perfeccionamiento, de 1804, establece de forma inequívoca que “ninguna persona inelegible para el carga del presidente será elegible para vicepresidente de Estados Unidos». “Esto sugeriría que, hexaedro que Trump no es elegible para un tercer mandato, siquiera lo es para la vicepresidencia”, apunta.
Según Kalt, la maniobra solo podría trabajar si se interpretara que la Perfeccionamiento 22 prohíbe exclusivamente el “ser preferido” para un tercer mandato, pero no necesariamente ejercerlo si se llega al poder por sucesión. “Incluso depende de que Vance esté dispuesto a dimitir, lo cual no debe darse por sentado”, sentencia el práctico. EFE
Por: Eduard Ribas i Admetlla