Perdón Internacional (AI) es una ordenamiento que actúa en más de 150 países, con supuestos criterios independientes de gobiernos, partidos políticos, religiones y “se financia con las donaciones de sus miembros”.

Esta tiene como finalidad, «investigar y denunciar las violaciones a los derechos humanos, la comisión de crímenes; adicionalmente, trabaja en temas relacionados con la familiaridad de expresión, torturas, pena de homicidio, la discriminación étnico, la defensa de las víctimas de los conflictos armados; a presionar y a denunciar a los gobiernos e instituciones para que cumplan con sus obligaciones».

En los últimos días dicha ordenamiento la emprendió contra la República Dominicana, por el solo hecho, acordado, de aplicar la Constitución de la República y la Ley Común de Migración No. 285-04, con el objetivo de defender nuestra soberanía y los derechos humanos de las parturientas dominicanas, pues estas están siendo desplazadas de nuestras maternidades y hospitales en todo el país por las inmigrantes indocumentadas haitianas, que en su mayoría, vienen a través de mafias y de tratas de personas, a parir sin costo alguno.

Lo mismo sucede con nuestras escuelas públicas, cuyas aulas están siendo ocupadas por los hijos de inmigrantes indocumentados haitianos, quienes consumen gran parte del presupuesto de la República.

Para AI estas no son violaciones a los derechos humanos de las mujeres y niños de un país, que ha sido de los pocos, por no sostener el único, que le ha extendido la mano amiga a esa escueto nación, que se ha convertido en su paño de lágrimas desde hace muchos primaveras, aún con todos sus problemas y limitaciones, pues siempre es el primero que acude en su auxilio cuando es afectada por una desgracia, siniestro o un engendro natural.

Ni balbucir del aporte y las valiosas contribuciones que hicimos durante el terremoto del año 2010, que mientras la mayoría de los países desarrollados guardaron silencio y no acudieron en su ayuda, esta institución nunca críticó ni exigió responsabilidades a los que han sido los verdaderos culpables de la crisis económica, política, social e institucional que hoy vive la misma.

En estos precisos momentos, en que ese vecino país se desangra por una ola de violencia, hambruna, violaciones a los derechos humanos, crímenes, secuestros,
de niños, mujeres y ancianos, esta institución no se pronuncia ni condena dichos crímenes de lesa país.

La Estructura de las Naciones Unidas (ONU), es un organismo creado en 1945, luego de finalizar la Segunda Supresión Mundial, que tiene en el interior de sus tantas atribuciones, suministrar la paz y la seguridad internacional; proteger los derechos humanos, procurar la seguridad alimentaria; distribuir ayudas humanitarias, apoyar el exposición sostenible y defender el derecho internacional de los países miembros, a través de los distintos organismos que lo conforman.

Esta semana, este organismo internacional, además la emprendió contra nuestro país, condenando las medidas anunciadas por el Presidente de la República, Luis Abinader Corona, de exigir una serie de controles a las parturientas indocumentadas haitianas, las cuales han abarrotado nuestras maternidades y hospitales.

A las mismas se les exigirá el cobro por las atenciones médicas prestadas, los documentos de identificación, oficio de trabajo, así como su domicilio. En caso de que no cumplan con estos requerimientos, las mismas serán repatriadas como manda la Ley Común de Migración.

El secretario militar de la ONU, señor Antonio Guterres, es el más llamado para que a través del organismo internacional que dirige, busque una salida satisfactoria a las crisis que afectan a Haití, en vez de pelar y condenar las medidas anunciadas, y no pretender como siempre lo ha hecho, buscarle una alternativa salomónica a las mismas, en la República Dominicana.

Desgraciadamente este organismo ni su secretario militar han sido capaces de que esa vecina nación logre la paz, porque solo se han dedicado a pelar a nuestro país, en vez de aportar soluciones.

Dicho organismo sólo sabe presionar y amenazar a los países pobres, miembros de ese parada organismo, como lo es la República Dominicana, para que cumplan sus aberrantes decisiones, las cuales siempre responden a los grandes intereses de los países poderosos que conforman la denominada «Comunidad Internacional».

Este está obligado a averiguar una alternativa inmediata a dicha crisis, ayer de que en ese zona ocurra un matanza y una arranque social que repercuta negativamente en nuestro país. ¿O será eso lo que se persigue?

Por tales razones, tanto la ONU como la IA están descalificadas para pelar a la República Dominicana, por aplicar la política exógeno establecida con respecto a Haití, un derecho que le asiste a todos los países, pues han fracasado y están dejando mucho que desear, pues cada día se hunden más en el desprestigio, la desconfianza y en el descrédito; no tienen calidad recatado para atacar a la República Dominicana, acusándola de violar los derechos humanos y discriminar a los inmigrantes indocumentados haitianos.

El autor es Contador Conocido Facultado, Máster en Relaciones Internacionales

Ex diputado al Congreso Doméstico y
Miembro de la Cámara de Cuentas de la República 2010-2016

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