

El autor es economista . Reside en Santo Domingo
POR MARCELINO LARA
Sin secuestro, el flagrante crecimiento de las fuerzas productivas, expresado en los avances tecnológicos del mundo de hoy, que nos ofrece la Cuarta Revolución Industrial, se está convirtiendo en un robusto obstáculo que impedirá a los empresarios tener éxito en su propósito de sostener válido este obsoleto maniquí de producción, basado en manos de obra permuta justo e ilegal, y de escaso nivel de calificación.
Históricamente, nuestro país ha sustentado su sistema de producción, haciendo uso de mano de obra permuta, ya sea justo o ilegal.
Ha sido así, desde que nuestra capital dependía, principalmente, del sector agropecuario hasta nuestros días que dependemos del sector servicios.
Transición digital
En un mundo en transición alrededor de la capital digital, el flagrante maniquí financiero dominicano tiene sus días contados.
La transformación digital deberá producir los cambios necesarios para transformarse alrededor de un nuevo maniquí financiero digital, que deberá ser más competitivo, de incorporación productividad, y con trabajadores más calificados y mejor pagados, en capacidad de producir un longevo valía adherido en el proceso productivo.
Toda la producción estaría orientada a los servicios, pero a los servicios tecnológicos, tipo empresas startups.
Cada persona ha de ser una empresa productiva sin ningún tipo de intermediación. Un nuevo maniquí financiero sustentado en las habilidades tecnológicas del caudal humano. Así será el nuevo maniquí financiero digital.
Ese cambio de maniquí financiero no será tan hacedero de ejecutar porque los empresarios dominicanos han decidido tomar ellos directamente el poder político para eliminar los beneficios sociales, y certificar su elevada tasa de fruto asociada a la estructura oligopolica-monopolica de mercado en la que, históricamente se han manejado, pero ciertamente ahí está el simiente de la destrucción del flagrante maniquí financiero.
Los empresarios han decidido no permanecer indiferentes sentados en la tribuna viendo el mecanismo, sino que han decidido entrar al mecanismo de la política.
Y como los intereses sociales están contrapuestos a los intereses empresariales,entonces, necesariamente, tendrá que suceder lucha social para que la población pueda obtener algunas conquistas económicas.
La sociedad tendrá que empoderarse y participar activamente en el cambio del envejecido y obsoleto maniquí financiero de producción dominicano, sustentado en el uso de mano de obra permuta justo e ilegal, y de muy herido calificación.
Obviamente, dicho maniquí conlleva al plazo de sueldos y salarios de miseria, que le garantiza al caudal una exagerada tasa de fruto.
Este maniquí financiero flagrante es insostenible e insustentable, así que las élites económicas y políticas, inmediato a los trabajadores, deben proceder a sustituirlo por otro que represente los deseos y aspiraciones de la sociedad dominicana del siglo XXI, o de lo contrario debemos estar preparados para una lucha por reinvindicaciones sociales.
Jpm-am
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