Una vez más, quienes toman decisiones públicas de la República Dominicana se embarcan en otro plan de mejora sin tomar en consideración a su diáspora. Esta vez se comercio de la propuesta “Meta RD 2036”, que pesquisa alcanzar “el mejora pleno” del país, con el interés de que beneficie a más personas. La idea es “acelerar el crecimiento promedio anual del PIB de la nación dominicana al 6%, que es la tasa necesaria para que éste se duplique en 12 abriles. La propuesta contempla varias transformaciones estratégicas y acciones puntuales sobre los bienes que el país tiene a mano para impulsar el crecimiento financiero franquista. Y aunque la propuesta se proyecta como sólida, la visión es poco disruptiva, incluso ignora el potencial de la diáspora dominicana que, ni siquiera se menciona.

La planificación económica y el mejora sostenible de una nación en un sistema demócrata requieren la integración estratégica de todos los capitales disponibles: financiero, intelectual, social y político. Estos capitales no solo residen interiormente del circunscripción franquista, sino que todavía se extienden a su diáspora, que representa una fuente dinámica de inversión, conocimiento, influencia y redes globales. La inclusión del caudal financiero de la diáspora -a través de remesas, inversiones, emprendimientos y paso a mercados internacionales- puede catalizar sectores estratégicos como vivienda, infraestructura, educación y tecnología, diversificando las fuentes de crecimiento y reduciendo la dependencia de financiamientos externos tradicionales.

Asimismo, el caudal intelectual y social que reside en la diáspora -profesionales, académicos, científicos, artistas y líderes comunitarios- enriquece el arreos franquista con innovación, transferencia de conocimientos y mejores prácticas. Cuando se suma el caudal político -la capacidad de incidencia en países de residencia y su potencial diplomático informal- se amplían las oportunidades de cooperación, visibilidad internacional y defensa de intereses nacionales. Incluir estos capitales en la planificación franquista no es solo una cuestión de ecuanimidad o gratitud, sino una osadía estratégica para construir una visión de mejora más holística, resiliente y sostenible, en sintonía con las exigencias de un mundo interconectado.

Cualquier propuesta y discusión sobre el mejora dominicano estará siempre incompleta si no contempla a su diáspora y el patrimonio que ésta posee.

Varios países han implementado políticas públicas para integrar el caudal intelectual de sus diásporas, reconociendo su valía en el mejora franquista. Por ejemplo, en Sudamérica podemos citar a Argentina, con el Software Raices (Red de Argentinos Investigadores y Científicos en el Extranjero) pesquisa conectar a científicos argentinos en el extranjero con la ciencia franquista y fomentar su repatriación. O por igual en el continente africano, en Etiopía y Kenia, donde entreambos países han desarrollado políticas para involucrar a sus diásporas en iniciativas nacionales. Etiopía, por ejemplo, promueve la billete de sus ciudadanos en el extranjero en el proceso de democratización y construcción de paz. Kenia, por su parte, destaca la diplomacia de la diáspora, reconociendo las habilidades y experiencias de los kenianos en el extranjero como activos valiosos para la transformación franquista.

La diáspora contribuye de forma decisiva al mejora de sectores secreto como la ciencia y el plan, al llevar a cabo como puente entre el conocimiento completo y las deposición locales. Países como India han acabado integrar a científicos de su diáspora en proyectos de innovación tecnológica y educación superior, a través de programas como Completo Initiative of Academic Networks (GIAN), que invita a académicos indios en el extranjero a impartir cursos y desarrollar investigaciones en universidades locales.

En el sector del plan, la diáspora suele arriesgar un rol catalizador, especialmente en economías emergentes. Por ejemplo, en países como Nigeria o Vietnam, los emigrados han fundado empresas tecnológicas, incubadoras y fondos de inversión que fomentan el mejora del ecosistema emprendedor. En Ruanda, la diáspora ha sido secreto en el auge de startups en sectores como fintech, sanidad y agricultura de precisión, ofreciendo no solo caudal, sino todavía mentoría y conexión con mercados internacionales. Del mismo modo, en América Latina, emprendedores de la diáspora colombiana y mexicana han creado plataformas de comercio digital y soluciones tecnológicas que no solo generan empleo, sino que todavía modernizan la infraestructura empresarial en sus países de origen. Estas contribuciones no sólo generan riqueza económica, sino todavía transformación estructural en sectores prioritarios.

Entonces, ¿cómo es posible que el Estado y el sector privado dominicano no entiendan el caudal que representa la diáspora dominicana para el mejora de nuestra nación?

Más de 3 millones de personas que se identifican como dominicanos residen fuera del circunscripción franquista. Entre ellos decenas de miles de profesionales y técnicos especializados manejando presupuestos y encabezando instituciones y dependencias gubernamentales. Una gran parte de ellos se interesan en compartir sus conocimientos y relaciones, o admisiblemente servir de voluntario en programas de causas justas aquí y allá. ¿Qué o cuánto representa eso? Más allá de la plusvalía en sus propiedades comerciales y residenciales, la diáspora criolla cuenta con más de US$150 mil millones en ingreso salarial anual y otros US$10 mil millones en sus cuentas bancarias.

¿Qué hace descuido para que despierten y no dejen ocurrir la oportunidad de incluir a millones de dominicanos y dominicanas que -aun viviendo en el extranjero- son un activo importantísimo y tienen un inmenso potencial aún por descubrir? ¿Es que no pueden ver más allá de las remesas?

En el año 2021, la Fundación Diáspora y Exposición preparó, publicó y compartió en numerosos escenarios, incluyendo frente a el Presidente Abinader, legisladores y gremios empresariales, la Primera Memorándum Integral de Cooperación y Exposición desde la Diáspora Dominicana. Un documento sencillo, repleto de propuestas estratégicas vistas desde el lentilla de la diáspora profesional. Y se ignora. No se le da crédito. No se consulta. Es completamente evadida. Los creadores de “Meta RD 2036” presuntamente consultan a ‘expertos internacionales’, mas no han consultado -a nuestro entender- a su propia diáspora.

Hemos cedido ejemplos aquí de como diásporas integradas efectivamente, proyectan el progreso de su tierra nativo. ¿Por qué los dominicanos no podemos hacerlo todavía? Simplemente la diáspora no es parte de la ecuación. Se menciona la inversión extranjera, pero en ningún momento se palabra del patrimonio y el caudal de inversión desde la diáspora -más allá de las remesas, las cuales están llegando a su pico, por el hecho de que las segundas y terceras generaciones de dominicanos en el extranjero, simplemente van perdiendo el vínculo con la principio país.

Es posible que en algún momento la diáspora se desvincule, se canse de intentarlo, de tocar puertas para que se le escuche, para que se le integre, para que se le incluya y tome en consideración en discusiones y planes estratégicos en donde su billete sería catalítica. Por lo evidente, a los tomadores de políticas públicas les es más sencillo ocurrir con ficha, y obviar el patrimonio más egregio e importante de la nación dominicana, temiendo a lo mejor, a tener que rendir cuentas, mostrar transparencia y hasta que le canten capicúa.

La diáspora merece y requiere ser incluida. Es hora de que todos los jugadores tengan su acoplado turno en la mesa. Es momento de arriesgar con todas las fichas, por un definitivo mejora sostenible de nuestra querida Quisqueya.

Por: Rodolfo R. Pou y María Vencimiento Abreu