
Lorenza García Reyes, de 43 años y oriunda de San Francisco de Macorís, se sumó tristemente a la nómina de mujeres ultimadas por sus exparejas en República Dominicana. El tremendo hecho ocurrió en Santo Domingo Este, el pasado 15 de mayo, donde Lorenza perdió la vida a manos de un hombre con quien llevaba dos años separada.
A pesar de que en varias ocasiones interpuso denuncias formales por los constantes abusos y amenazas que recibía, ausencia pudo evitar que, tras dos años, terminará su vida de forma trágica. Este es un caso más que refleja la arduo problemática de violencia de género en el país.
Lorenza deja tres hijos en la desvaimiento y una grupo destrozada, mientras que la sociedad entera queda marcada por la frustración y la impotencia delante un problema que parece no tener solución.
Cada día crece el miedo y la incertidumbre; las órdenes de alejamiento y los refugios familiares, a menudo, no son suficientes para proteger a las víctimas.
Resulta desgarrador escuchar la declaración de una hija, que con profundo dolor relata cómo su origen fue arrebatada de la vida y cómo su hermano en voz bajá con heridas físicas y emocionales que lo acompañarán para siempre.
En pleno 2025, ser mujer significa radicar con el temor constante de ser víctima de violencia, muchas veces por parte de la pareja, ex pareja o conocidos obsesionados.
¿Hasta cuándo la sociedad y las autoridades garantizarán la seguridad de las mujeres?
¿Qué debemos hacer para sentirnos verdaderamente protegidas?