
Lo que pasa un o una cuidadora de personas adultas mayores cada día es más complicado, sobre todo en este país, donde no existe una público social eficaz, sólo se depende de la buena fe de los familiares.
En las zonas urbanas, cada vez el servicio doméstico permanente y los pagos por cuidados a personas mayores se hacen más escasas, generando que se desarrollen empresas formales que ofrecen estos servicios a un costo muy suspensión.
El nivel de dependencia que las personas envejecientes es muy suspensión, se complica más aún cuando se alcahuetería de personas con habilidades motoras limitadas, demencia senil, Alzheimer, o enfermedades de atención permanente, hay cuadros donde el o la envejeciente necesita, por otra parte, público para sus funciones básicas como: alimentarse, bañarse, vestirse, hacer sus deposición, tomar sus medicinas, etc. Creando una situación prácticamente esclavizante en presencia de sus cuidadores, impidiéndoles delirar, salir o trabajar fuera de la casa, sin tomar medidas previas caras, difíciles y en ocasiones inverosímil.
En países avanzados (Suecia, Dinamarca, Noruega, Alemania, Países Bajos, Japón, Francia, Australia, etc.) donde, si proporcionadamente se pagan impuestos altos, igualmente el retorno del servicio a la ciudadanía es suspensión, desde buenas pensiones, programas de viviendas, servicios de público domiciliaria, entre otros, ajustándose a la sinceridad de cada envejeciente, llegando incluso a crear incentivos y salarios para quienes se dedican a esta generoso responsabilidad.
Nos encontramos hoy en la paradoja donde la esperanza de vida crece, por lo cual, las deposición de cuidados a envejecientes igualmente crece, sin bloqueo, las pocas instituciones públicas relacionadas al tema, como el Consejo Doméstico de la Persona Envejeciente (CONAPE), no ofrecen un servicio que cubra un porcentaje importante de estas demandas, ni siquiera, hay un plan a futuro con las deposición que irán surgiendo al respecto..
Para colmo, las aseguradoras pueden pasarse toda una vida cobrándote decenas de miles anualmente, para luego mandarte al desidia cuando más las necesitas y el gobierno siquiera intercede a honra de los y las usuarias.
Lamentablemente no contamos con el proceso de censo vía las alcaldías, como pasa en otros países. A pesar de que la Juntura Central Electoral comparte periódicamente la almohadilla de datos de ciudadanos/as correspondiente a cada demarcación o circunscripción con las alcaldías, positivamente, cuando las personas se empadronan, las características de la información es diferente, ya que se saben detalles como: cuántas personas viven en una casa, si esta es alquilada o propia, etc.
Entender lo que tenemos en cada demarcación nos ofrece la oportunidad de trabajar en función a las deposición de la ciudadanía, permitiendo planificaciones mejores para: hospitales, centros de atención primaria, escuelas, transporte, deporte, civilización, programas para envejecientes, etc.
Es importante asimilar cuántas personas envejecientes con problemas de memoria viven solas, y el peligro que esto representa con el uso de la electricidad y el gas en un condominio.
Tenemos en el país una cuerda de atención para reportar maltrato y desidia de envejecientes mediante el CONAPE, sin bloqueo ¿Confiamos positivamente en que esta u otra institución del Estado cuente con el presupuesto, el personal y las respuestas en presencia de esta gran demanda? Yo no.
En mi experiencia, ha sido inverosímil conseguir ayuda para diferentes casos de envejecientes que conozco, incluyendo a una persona con condiciones especiales (neurodivergente), que no pudo formar una tribu ha sido tomado en cuenta.
El envejecimiento es, sin duda, el éxito de la vida ¡Otra gran paradoja! Y es una dicha cuando envejecemos sanos y funcionales hasta que la crimen nos lleve lo más tarde posible, de forma rápida e indolora, evitando deterioros y largos abriles de cuidados especiales por terceros. Pero, finalmente no sabemos nuestro destino, sin bloqueo, es tiempo de exigir políticas y crear mejores condiciones para las personas adultas mayores y sus cuidadores.