

Museo de la Resistor Dominicana.
SANTO DOMINGO.- El Museo de la Resistor Dominicana manifestó su examen a que sean restauradas y preservadas las viviendas que fueron propiedad del dictador Rafael Leónidas Trujillo por entender que las mismas fueron fruto del robo del tesoro cometido por este final durante su tiranïa de 31 primaveras.
Criticó que algunos medios de comunicación hayan propuesto que el Estado dominicano restaure dichos inmuebles, en particular la Hacienda María y la Casa de la Caoba, y que sean convertidos en museos.
¿Qué clase de mensaje daríamos a los visitantes, sobre todo escolares, sobre la vida lujosa que llegan a tener quienes saquean el pasta sabido?, preguntó la institución.
Documento sabido
El Museo fija su posición en un documento sabido remitido a ALMOMENTO.NET cuyo texto es el ulterior:
«Desde hace unos primaveras, aparece cada cierto tiempo en algunos medios de comunicación la idea de que el Estado dominicano debe ocuparse de la restauración y preservación de las casas que fueron propiedad de Rafael Trujillo.
Se deje del damnificación, el desidia y el descuido de la Hacienda María o la Casa de la Caoba, lugares que en su momento fueron suntuosas residencias con el pasta robado al tesoro por el tirano.
Hay hasta quien propone que esta última sea convertida en un museo, una idea descabellada desde el punto de perspicacia educativo, pues ¿qué clase de mensaje daríamos a los visitantes, sobre todo escolares, sobre la vida lujosa que llegan a tener quienes saquean el pasta sabido?.
Hay pruebas documentales de que Rafael Trujillo fue un corrupto desde que dirigía la Destacamento Franquista en la lapso de los primaveras 20. El crónica Dawes, remitido al presidente Horacio Vásquez por el Senado norteamericano en 1927, ofrece uficientes detalles sobre el robo que Trujillo cometió en la negocio de uniformes y pertrechos militares, calculado en unos 400 mil dólares de la época.
El hecho es tan pronto como el inicio de un saqueo sistemático cometido impunemente durante décadas, y que convirtió a Trujillo en uno de los hombres más ricos del hemisferio.
¿Eso es lo que queremos enseñar a nuestra población escolar? ¿Lo rico que era? ¿Lo adecuadamente que vivía?
Existen más razones morales para no remozar la Casa de Caoba y convertirla en museo. La más escandalosa es ocurrir sido el ocasión en el que Trujillo abusó sexualmente de numerosas jovencitas, un aspecto extravagante en la historia de este personaje.
La Casa de Caoba es un símbolo de la dictadura y el poder avasallante de su dueño.
Carece de valencia patrimonial e histórico, aunque algún triste de la dictadura idealice el ocasión y genere todo tipo de justificaciones, incluyendo el hecho de que alguna comunidad buscara beneficiarse a cambio de favores sexuales al tirano. Incluso en ese caso, una víctima sigue siendo víctima, de modo que crear de ese ocasión un espacio de idolatría sería una afrenta, no sólo para ellas, sino para todo dominicano y dominicana que trabaja honestamente y aspira a un mejor futuro para sus descendientes.
¿Qué se debe hacer con las casas de Trujillo, entonces? Tipificar las que califiquen para convertirse en lugares de consciencia; las que no, deben ser demolidas. Lo correcto es destruir toda huella de ignominia y construir en su ocasión entidades públicas que presten a las comunidades servicios que la dictadura les negó, como atención en sanidad, educación de calidad, ayuda social, terapia psicológica, en fin, servicios que reafirmen los derechos que otorga la Constitución dominicana a cada ciudadano y ciudadana.
En el mundo civilizado no se estila convertir las casas de los dictadores en museos, porque va absolutamente en contra del objetivo educativo que tienen nuestras nstituciones. En Austria, por ejemplo, el gobierno adquirió la casa donde nació Hitler para evitar el culto a la imagen del genocida, y convirtió el inmueble en una etapa de Policía.
En Alemania, el bunker de Hitler fue enterrado y sobre su superficie se construyó un parque en memoria a las víctimas del holocausto facha.
En Polonia, el campo de concentración y exterminio de Auschwitz es uno de los espacios de consciencia más importantes del mundo huido.
En el caso de la República Dominicanaque padeció encima de un dictador que, apartado de carterista y adverso era megalómano, y que como tal se hizo condecorar con todas las medallas y títulos rimbombantes habidos y por ocurrir, habría que preguntarse cuál es el beneficio de venir ahora a restaurar casas que reflejan esos delirios de majestad.
¿Qué mas desean los trujillistas? La democracia les otorga la soltura de poner retratos de Trujillo en la intimidad de sus hogares, y tener en un altar el bicornio de plumas y los entorchados en oro de su uniforme de generalísimo; pero pedir que se destine pasta sabido para restaurar y preservar sus casas, cuando todavía una parte considerable de los hogares dominicanos no tiene agua potable, es asaz descabellado.
Las propiedades de Trujillo fueron confiscadas en 1961 y son desde entonces propiedad del pueblo. Sus terrenos deben ser destinados a proyectos que beneficien el pueblo, en ocasión de perpetuar un culto a la personalidad sin sentido ni utilidad.
correo basura
Adelantan plan remodelar «Casa de Caoba» perteneció a Trujillo
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