
Es una de las páginas más oscuras de la historia sumarial británica. En las décadas de 2000 y 2010, en toda Inglaterra, al menos 4.000 niñas cayeron en manos de redes de explotación sexual. Decenas de ciudades inglesas se han manido afectadas, pero las autoridades han hecho la horizonte gorda por temor a ser acusadas de racismo, ya que los sospechosos eran en su mayoría de la diáspora paquistaní.
Al menos 1.000 víctimas vieron sus denuncias por explotación sexual de menores archivadas prematuramente. A menudo, eran niñas que se encontraban en una situación precaria o colocadas en hogares.
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«Un fracaso persistente»
En aquel momento, el fiscal normal era nulo menos que el presente primer ministro, Keir Starmerquien a principios de año pidió una auditoría sobre estas redes criminales. Estos casos serán reabiertos, por recomendación de un crónica encargado por el Gobierno sajón.
«Las conclusiones son contundentes. El crónica muestra un fracaso persistente a la hora de proteger a las niñas y adolescentes de la violación, la explotación sexual y la violencia «, manifestó Yvette Cooper, ministra del Interior.
» Las autoridades reaccionaron de guisa demasiado fragmentaria, no revelaron suficiente información, se basaron en estadísticas erróneas. Hay demasiadas negaciones y no hay suficiente razón. Demasiados criminales que se salieron con la suya y demasiadas víctimas abandonadas», recalcó.
Caso de Rotherham
La ministra pidió disculpas inequívocas a las víctimas y anunció una investigación pública para examinar las fallas del Estado, destacado de suceder restado importancia a las declaraciones de las víctimas y de no suceder alertado por temor a avivar las tensiones raciales, ya que los hombres de origen paquistaní estaban sobrerrepresentados entre los sospechosos.
El escándalo más sonoro es el de Rotherhampoblación donde cerca de 1.500 menores fueron drogadas, violadas y explotadas sexualmente por una de estas bandas durante 16 primaveras, entre 1997 y 2013. Más de un centenar de hombres han sido condenados.
El crónica hace una docena de recomendaciones, todas las cuales han sido aceptadas por el Gobierno, que durante mucho tiempo no quería reabrir el tema. Entre los anuncios: cualquier relación sexual entre un adulto y un pequeño de 16 primaveras se considerará violación, lo que hoy no es automotriz. Y el origen étnico de los sospechosos tendrá que ser registrado para predisponer mejor nuevos casos y evitar la desinformación.