
Durante la menopausia, el cuerpo afeminado atraviesa un rediseño interno. No es solo una cuestión de ciclos que cesan o de sofocos nocturnos: es un ajuste profundo del transformación impulsado por hormonas claves que empiezan a comportarse de forma distinta.
Te invitamos a observar: Sudores nocturnos por ansiedad: cómo el estrés puede afectar el sueño
Según explica el número distinto de Controle sus hormonasuna prontuario que aborda los mercadería de la menopausiaa muchas mujeres, esto les pasa realización en forma de aumento de pesoespecialmente en la zona intestinal. Comprender qué hormonas están involucradas y cómo cambian es el primer paso para recuperar el control.
Las autoras especializadas en lozanía femenina Lara Briden Y Kate Codrington coinciden en diálogo con la publicación especializada en que el cuerpo durante la menopausia necesita un enfoque diferente. No se manejo de hacer más dieta ni de entrenar más esforzado, sino de entender el nuevo contrapeso interno.
Puenteautora de La Antiguo Testamento de la lozanía hormonaldestaca que el descenso de estrógenos exige un anciano consumo de proteína para proteger el tejido muscular. Todavía sugiere sujetar el azúcar y aumentar el movimiento diario, incluso caminatas suaves, como formas efectivas para apoyar el transformación.

Codringtonterapeuta menstrual y autora de La segunda primaverarecomienda usar la menopausia como una oportunidad para reconectar con el cuerpo. Subraya que el peso no debe ser el único foco, sino que el objetivo es alcanzar un estado de energía sostenible, conexión emocional y refrigerio profundo.
Cambios hormonales: quiénes mandan y qué hacen
Las hormonas sexuales femeninas —estrógeno Y progesterona— son las principales protagonistas del contrapeso metabólico durante los abriles reproductivos. Pero en la transición a la menopausia, revela el número distinto de Controle sus hormonas, estas disminuyen bruscamente:
Cortisol: esta hormona del estrés se eleva cuando hay insomnio, ansiedad o penuria crónica. Sus picos constantes promueven el almacenamiento de lubrificante intestinal y alteran los niveles de azúcar en mortandad, dificultando aún más la pérdida de peso.
Estrógeno: regula el apetito, la distribución de lubrificante y el desembolso de energía. Su descenso favorece el almacenamiento de lubrificante en el panza, reduce el ritmo metabólico y aumenta la resistor a la insulina. Esto hace más obediente subir de peso y más difícil perderlo.
Progesterona: con funciones antiinflamatorias y diuréticas, su desvaloración durante la perimenopausia genera retención de líquidos, hinchazón y más antojos. Todavía altera el sueño y el estado de actitud, lo que puede impactar en el comportamiento alimenticio.
Testosterona: aunque último en mujeres, ayuda a ayudar la masa muscular y la energía. Su decadencia reduce el tono muscular, lo que disminuye la capacidad de malgastar calorías y acelera el aumento de peso.
Cuando el transformación se ralentiza y el cuerpo se redistribuye

Uno de los mercadería más visibles —y frustrantes— de la menopausia es cómo cambia el cuerpo, incluso sin grandes variaciones en la dieta. Las hormonas en descenso modifican no solo cuántas calorías se queman, sino incluso dónde y cómo se almacena la lubrificante.
Lípido intestinal, el nuevo centro de formalidad
Antiguamente de la menopausia, muchas mujeres tienden a acumular lubrificante en caderas y muslos, el clásico “patrón pera”. Pero con la desvaloración del estrógenoesa lubrificante se desplaza cerca de el panza. Este cambio favorece la acumulación de lubrificante visceralque rodea los órganos internos y está asociada a un anciano aventura de enfermedades cardiovasculares, resistor a la insulina y diabetes tipo 2.
Asimilación más sosegado

A partir de los 40, el cuerpo lógicamente fuego menos calorías en reposo. Este descenso se acentúa durante la menopausia, ya que el transformación basal cae correcto a:
- Disminución de masa muscular (por último testosterona)
- Reducción de la actividad física
- Trastornos del sueño que alteran el sistema hormonal
El resultado: si la ingesta calórica no se ajusta a este nuevo ritmo, el aumento de peso es prácticamente necesario.
Etapas de cambio: lo que ocurre en cada escalón
El impacto hormonal no llega de shock. La transición cerca de la menopausia se da en etapas, y cada una tiene un objeto diferente sobre el transformación y el peso.
- Premopausia: en esta escalón, los niveles hormonales aún son relativamente estables. Sin retención, pueden comenzar a aparecer pequeños cambios en el ciclo menstrual y en el transformación. Es una etapa secreto para adoptar hábitos saludables que prevengan los mercadería futuros.
- Perimenopausia: aquí empiezan las fluctuaciones significativas de estrógeno Y progesteronalo que genera alteraciones en el transformación, el apetito, el sueño y el estado de actitud. Muchas mujeres notan por primera vez un aumento de lubrificante intestinal, hinchazón, retención de líquidos y una anciano dificultad para perder peso. La sensibilidad a los carbohidratos incluso se incrementa.
- Permisa: tras 12 meses sin regla, se considera que una mujer ha entrado en la posmenopausia. En este punto, los niveles de estrógeno Y testosterona son más bajos y constantes, lo que agrava la ralentización metabólica. El cuerpo tiende a conservar lubrificante, sobre todo visceral, y la pérdida de masa muscular se acentúa.
Lo que complica aún más el panorama

No solo se manejo de hormonas. Existen varios factores que interactúan con los cambios biológicos y amplifican el aventura de aumento de peso en la menopausia. Todos están relacionados con el estilo de vida y, lo más importante, pueden modificarse.
- Yerro de actividad física: la penuria, los dolores articulares y la pérdida de motivación son comunes en esta etapa. Esto lleva a muchas mujeres a sujetar su nivel de gimnasia, lo cual disminuye aún más la masa muscular y ralentiza el transformación. El resultado: más lubrificante acumulada, especialmente en la zona intestinal.
- Trastornos del sueño: los cambios hormonales pueden alterar los ciclos del sueño. El insomnio o el refrigerio interrumpido elevan los niveles de cortisolla hormona del estrés, lo que promueve el almacenamiento de lubrificante y aumenta los antojos, especialmente por alimentos ricos en azúcares.
- Cambios en el apetito y en la víveres: durante la perimenopausia, algunas mujeres experimentan un aumento del apetito o deseo por alimentos ultraprocesados. Esto puede deberse a desequilibrios hormonales, estados de actitud depresivos o bajos niveles de serotonina.
- Estrés crónico: la sobrecarga gremial, habitual y emocional dispara el cortisol, que encima de contribuir al aumento de lubrificante, dificulta la fuego de calorías y perpetúa el ciclo de aumento de peso y ansiedad.
Cómo tomar el control: estrategias efectivas
Aunque los cambios hormonales no pueden evitarse, sí es posible sujetar sus mercadería sobre el cuerpo con hábitos consistentes. El enfoque debe ser integral: víveres, movimiento, refrigerio y trámite emocional.
1. Entrenamiento con propósito: combinar rutinas de fuerza muscular (mancuerna, ejercicios funcionales) con actividad aeróbica (caminar, nadar, bici) ayuda a ayudar la masa muscular y acelerar el transformación. No es necesario entrenar intensamente, pero sí con regularidad: al menos 3 a 5 veces por semana.
2. Provisiones inteligente
- Priorizar ocultarse (pollo, pescado, huevos) para conservar músculo.
- Incluir fibra (vegetales, legumbres, cereales integrales) para mejorar la digestión y controlar el apetito.
- Estrechar azúcares, ultraprocesados y licor, que alteran los niveles de insulina y favorecen el almacenamiento de lubrificante.
3. Adormilarse adecuadamente es secreto: afianzar entre 7 y 9 horas de sueño de calidad reduce el cortisol, regula el escasez y restablecimiento la respuesta metabólica. Evitar pantallas ayer de amodorrarse, cenar etéreo y ayudar horarios constantes son cambios simples pero poderosos.
4. Manejar el estrés activamente: practicar respiración consciente, meditación, yoga o técnicas de laxitud ayuda a ayudar bajo control el cortisol. Todavía se recomienda sujetar la multitarea y poner límites al exceso de responsabilidades.
5. Escuchar al cuerpo: registrar cómo afectan ciertos alimentos o actividades permite detectar qué ayuda y qué perjudica. La autoconciencia es fundamental para adaptar los hábitos a cada etapa.
Fuente: Infobae