
El principal gaceta de Haití editorializó este miércoles 15 de mayo sobre la reunión que sostuvo el presidente Luis Abinader con los expresidentes Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. Critica que las autoridades haitianas, desde 2010, no han rematado concretar un comportamiento coherente en torno a República Dominicana.
“Nuestros dirigentes, de todos los sectores y a todos los niveles, son incapaces de concretar un esquema financiero, social o político para Haití”, destaca el gaceta, al tiempo de señalar que no es casualidad que el presidente Abinader reúna a las más altas autoridades políticas del país, incluidos todos los expresidentes, y que en Haití nunca haya tenido motivo una reunión comparable.
El medio haitiano, con su editorial, considera que, con la reunión, el presidente Abinader Corona pesquisa “legalizar aún más las decisiones que toma y tomará contra los haitianos, independientemente de que vayan en contra de tratados y convenciones“.
Destaca que, durante meses, el presidente Abinader ha estado aumentando el desembolso marcial de su país, otorgando más poderes a las fuerzas de seguridad para monitorear, rastrear, capturar y deportar a los haitianos. Del mismo modo, indica que en las calles de los pueblos más pequeños y a lo desprendido de la frontera y el pared que separan los dos países, sopla un singladura guerrero.
Según el editorial, Abinader es el presidente que cierra la frontera y aumenta las exportaciones dominicanas a Haití. Ama el monises de los haitianos y odia su presencia en el suelo de su país más que cualquiera de sus predecesores
A continuación, el editorial del gaceta Le Nouvelliste, de Haití:
El presidente dominicano Luis Abinader se reunió con los expresidentes de su país, Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina, el 14 de mayo de 2025, para informarles sobre la situación en Haití y advertirles sobre sus futuras orientaciones políticas. La crisis de seguridad en Haití y sus riesgos para República Dominicana estuvieron en la memorándum de la reunión.
Esta reunión preanunciada fue una oportunidad para que el presidente Luis Rodolfo Abinader Corona demostrara una vez más que el tema de Haití ha sido el cimiento de su trayecto política desde su primera toma de posesión el 16 de agosto de 2020. La dominicanidad del presidente, con sus raíces familiares levantinas, cobra vida cada vez que trae al primer plano el problema haitiano.
Mientras se reunía con sus antecesores, continuaban las redadas de ciudadanos haitianos en las calles de su país. ¿Escudriñamiento Abinader deshonestidad ilimitada para desempeñarse? ¿Está desactivando las críticas políticas al involucrar a toda la clase política de su país en sus decisiones respecto a Haití? ¿O quiere ir más allá de los límites ya cruzados?
El motivo predilecto para realizar la reunión no es último: el Empleo de Defensa de la República Dominicana. La puesta en número estuvo perfectamente elaborada. La foto de los tres exfuncionarios y el presente presidente, todos de garzo, rodeados de militares es a la vez reservado y trágica. El presidente Abinader quiso dejar claro a sus compatriotas que, en presencia de el peligro que representa Haití para República Dominicana, estaba consultando a quienes le precedieron. Al hacer esto, legitima aún más las decisiones que toma y tomará contra los haitianos, independientemente de que vayan en contra de tratados y convenciones.
Durante meses, el presidente Abinader ha estado aumentando el desembolso marcial de su país, otorgando más poderes a las fuerzas de seguridad para monitorear, rastrear, capturar y deportar a los haitianos. En las calles de los pueblos más pequeños y a lo desprendido de la frontera y el pared que separan los dos países, sopla un singladura guerrero.
Detener la inmigración haitiana y erradicar la presencia haitiana en República Dominicana van de la mano con prestar peculiar atención a la situación en Haití. La diplomacia dominicana bajo el reinado de Luis Abinader es la que más denuncia los errores de la comunidad internacional en el manejo del tema haitiano y la que más exige el involucramiento de la comunidad internacional en la resolución de la crisis haitiana. El presidente dominicano suele pronunciarse sobre el tema y aprovecha cualquier oportunidad para dar lecciones.
República Dominicana, bajo Abinader, logró aplicar la más dura de las políticas antihaitianas, confiscó más armas destinadas a Haití que las administraciones anteriores y arrestó a más pandilleros haitianos que transitaban por su circunscripción que cualquier otro gobierno de la región.
Al mismo tiempo, Abinader es el presidente que cierra la frontera y aumenta las exportaciones dominicanas a Haití. Ama el monises de los haitianos y odia su presencia en el suelo de su país más que cualquiera de sus predecesores.
Aquí en Le Nouvelliste, desde 2010, se escribe que un nuevo amo se ha instalado en la isla. Se alcahuetería de la República Dominicana, que se ha convertido, con diferencia, en la potencia hegemónica de La Española. Sin confiscación, los haitianos siguen actuando como si no fuera así y están pagando un stop precio por su ceguera.
Desde 2010, nuestras autoridades no han rematado concretar un comportamiento coherente en torno a nuestro vecino más cercano, que está tan interesado en nuestros asuntos. Nuestros dirigentes, de todos los sectores y a todos los niveles, son incapaces de concretar un esquema financiero, social o político para Haití.
No es casualidad entonces que el presidente Luis Abinader se reúna con las más altas autoridades políticas de su país, incluidos todos los expresidentes, y que en Haití nunca haya tenido motivo una reunión comparable.