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El cuerpo del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina fue examinado al amanecer del 31 de mayo de 1961, pocas horas posteriormente de ser ejecutado en la carretera que conectaba Ciudad Trujillo con la provincia San Cristóbal, la que hoy es la Autopista 30 de Mayo.
Un genérico médico del propio Ejército Franquista fue quien realizó el expediente médico del “Generalísimo”, como se hacía gustar, de acuerdo con un documento al que tuvo llegada LISTÍN DIARIO, de la Suprema Corte de Jurisprudencia de la República.
El certificado, emitido el tres de julio de 1961 por el genérico de tropa médico Francisco González Cruz, quien en ese entonces se desempeñaba como director del Cuerpo Médico y Sanidad Marcial, fue el primero practicado al cuerpo del temible dictador.
González Cruz no solo documentó la asesinato del hombre que gobernó el país por más de tres décadas, sino que reveló con qué fue descorazonado su cuerpo.
En el documento se nombra al tirano con todos sus títulos: “Su excelencia el generalísimo doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Benefactor de la Estado y Padre de la nación Nueva”.
La revisión médica detalló un cuerpo perforado en varios puntos.
En la región mentoniana, había una herida de bala sin orificio de salida que ocasionó la fractura del maxilar inferior (la mandíbula inferior) y la pérdida de varias piezas dentarias.
“La herida sin duda corresponde al tiro de amnistía que le dio Antonio de la Maza cuando ya Trujillo, agonizante, yacía sobre el pavimento”, dijo el destacado patólogo Sergio Sarita Valdez, de acuerdo con una solicitud que le formuló el historiador Juan Daniel Balcácer para analizar el parte médico.
Otra herida de bala con orificio de entrada a nivel del segundo espacio intercostal izquierdo y con orificio de salida a nivel del botellín espacio intercostal izquierdo, debajo de la tetilla. La trayectoria que trazó el proyectil fue subcutánea.
“Esta herida corresponde a un disparo en el pecho que entró de un modo verticalizado por debajo de la clavícula izquierda y salió un poco inferior a la tetilla del mismo costado”, dijo el patólogo.
Y agregó: “Debió haberla ocasionado Antonio Imbert Barrera en el momento en que, tambaleándose, Trujillo se colocó frente a su transporte y el héroe, que se acercaba presto a la advertencia que poco ayer hizo De la Maza en el sentido de “Tocayo, para allá va uno”, enfrentó cara a cara y le disparó al rancio dictador en el pecho”.
Fue localizada por González Cruz otra herida de bala con orificio de entrada al nivel del séptimo espacio intercostal izquierdo, con orificio de salida en la cara posterior del hemitórax izquierdo a nivel del séptimo espacio intercostal.
“Impactó el pecho en el costado izquierdo, de frente, unos tres dedos por debajo de la tetilla correspondiente exactamente al séptimo espacio intercostal, saliendo por la espalda al mismo nivel que hizo la entrada, por lo que se deduce que siguió una dirección en renglón recta, aparentemente sin obstáculo óseo en su camino”, dijo Sarita Valdez.
“Este fue el primer disparo hecho por Antonio de la Maza con su escopeta recortada y cargada con cartuchos, rellenos de bolas de rodamientos, especialmente confeccionados por Manuel de Ovín Filpo. Al sobrevenir penetrado por la sobaco izquierda (recuérdese que Trujillo iba sentado en la parte trasera con el rama izquierdo sobre el asiento posterior), se colige que ese solo disparo debió tener consecuencias fatales”, dijo Sarita Valdez.
Un impacto más quedó alojado en el hueso axilar izquierdo, a nivel de la renglón axilar, sin orificio de salida.
Otro proyectil penetró la fosa ilíaca izquierda y sin orificio de salida.
“Corresponde a un disparo en la pelvis izquierda cerca de la ingle”, especificó el destacado facultativo.
Sarita Valdez indicó que por su ubicación pudo sobrevenir dañado vasos sanguíneos de gran calibre incluida la arteria aorta, las que por sí pudieron causar la asesinato del sujeto.
“Pudo sobrevenir sido infligida desde un ángulo detrás del tirano, posteriormente de que esté hubo desencajado del transporte, tratando de agenciárselas protección fuera de él. Con toda seguridad, ésta herida se la provocó De la Maza”, dijo.
Una ráfaga más entró al nivel de la primera legión dedo índice de la mano izquierda, con orificio de salida en la cara anterior-torció inferior antebrazo izquierdo.
El médico señaló que la trayectoria trazada por este proyectil ocasionó fracturas conminutas de los huesos del cuerpo, metacarpo, cúbito y radiodifusión, con gran pérdida de tejido sereno.
“La herida probablemente las recibió el dictador en medio de fragor del breve combate trabado entre sus atacantes y Zacarías de la Cruz”, dijo Sarita Valdez.
El referencia destacó un traumatismo en la región temporal, auricular y malar izquierda, con hundimiento del curva cigomático.
“Corresponden a un trauma por objeto o superficie sólido causando contusiones en el costado izquierdo del cráneo y cara”, dijo Sarita Valdez.
Encima, puntualizó que estas lesiones que presentaba el cuerpo Trujillo se debieron a su estrepitosa caída sobre el pavimento y todavía a los traumatismos recibidos cuando su restos fue tirado en el valija del carro en que fue conducido a la casa del genérico Juan Tomás Díaz.
En total fueron seis ráfagas de bala las que penetraron el cuerpo del tirano.
La herida en el hueso axilar izquierdo, a nivel de la renglón axilar sin orificio de salida, no fue descrita en el testificación del doctor Abel González, quien embalsamo el restos de Trujillo.
“Razón por la cual en su testificación afirma que el restos solo presentaba cinco heridas de balas”, dijo Sarita Valdez.
FUENTE:https://listindiario.com/la-republica/20250530/6-disparos-recibio-cuerpo-dictador-rafael-leonidas-trujillo_859692.html
